El enigma Carrió: entre el ancla y el salvavidas

El enigma Carrió: entre el ancla y el salvavidas

Aunque mide muy alto en la Ciudad, Lilita prefiere postularse en la Provincia. Y no quiere compartir boleta con Jorge Macri. No descarta buscar una diputación en lugar de una senaduría.


“Yo quiero ser candidata en la provincia de Buenos Aires, con Cambiemos o como sea. Lo único que te digo es que no comparto lista con tu primo, eso no lo negocio”, le dijo la diputada Elisa Carrió al presidente Mauricio Macri durante uno de sus encuentros (presuntamente) relajados en la quinta Los Abrojos, que el patriarca Franco cedió a su hijo. Al terminar la frase agregó un epíteto despectivo contra el intendente Jorge Macri, relativo a su ética personal.

El Presidente le relató el diálogo a uno de sus ministros políticos, quien a su vez se lo repitió, sin ocultar su sorpresa, a uno de sus más cercanos colaboradores. La cofundadora de Cambiemos se convirtió en un ancla y salvavidas a la vez para el Gobierno nacional y para el Gobierno bonaerense.

Un ancla porque con su rol de oficialista opositora u opositora oficialista –según qué día y asunto toque– ha provocado más de un dolor de cabeza para las cúpulas macrista y vidalista, las cuales tuvieron que salir a explicar a veces las posturas de la aliada o, peor aún, a defenderse de sus mordaces críticas.

Pero, a su vez, podría ser un salvavidas, dado que todas las encuestas de los últimos meses la muestran como la figura que más creció este año en intención de voto y en imagen positiva entre el electorado bonaerense. Especialmente si en la cancha están Cristina Kirchner y Sergio Massa.

Mención aparte merece su derrotero en los sondeos: de la mano de la explosión de eventos de corrupción denunciados por ella en el pasado, Carrió logró bajar la imagen negativa (kryptonita para todos los políticos), que supo tener por encima del 50 por ciento, y hoy le resulta menor que la positiva, la cual ronda los 45 puntos, similar a la de Macri (que en el Conurbano flaquea más que en ningún otro lugar del país).

“¿Un triunfo de Lilita va a ser visto como una victoria de Macri? No creo”, dice un operador gubernamental con trabajo fuerte en el Conurbano. Sin duda que si en el principal distrito del país gana un candidato que cuestiona más de la mitad de las medidas oficiales y que además promete cercar al Presidente cuando crea que se corre del camino supuestamente debido no sería lo ideal para una Casa Rosada necesitada de oxígeno político.

Pero así es Cambiemos y así es Carrió. “Ella va a decidir en marzo del año que viene en qué distrito competirá. Ahora estamos pensando el escenario, hay combinaciones múltiples”, explica un dirigente de la Coalición Cívica que suele ser un vocero mediático de la diputada, y admite que hay una diferencia amplia entre las posibilidades de triunfo entre la Capital Federal y la Provincia. En la primera mide más de 40 puntos, mientras que cruzando el Riachuelo baja a menos de la mitad (siendo igualmente quien más mide dentro de Cambiemos).

“Para nosotros es central atacar las mafias enquistadas en la Provincia, y eso, aunque Lilita sea candidata en la Capital, no va a cambiar. Vamos a seguir investigando. Hay que limpiar el Conurbano”, enfatiza el legislador. Al respecto, pone sobre la mesa algo que para la CC-ARI siempre fue una deuda pendiente de toda la oposición, que es investigar a Scioli: “Por ejemplo, hasta la denuncia que hicimos contra Scioli (sobre su posible recepción de fondos ilegales por parte del juego), él gozaba de un prestigio político insólito, y con protección mediática”.

Al indagar al operador lilito, surge una sorpresa sobre un aspecto que en las entrevistas televisivas no suelen preguntarle: a qué se candidatearía. “No descarta postularse a diputada en vez de a senadora. Ella no piensa en cuántos diputados propios sacar o cuestiones de ese tipo. Para ella lo central es fortalecer Cambiemos.” Sobre si el modelo sería enfrentando al Pro en la interna o con lista de unidad, “tampoco se sabe”. Por su buen vínculo con la gobernadora –que será la verdadera cara de la campaña–, en 2017 podría haber una sola lista.

Carrió solía decir, en los primeros tiempos de su ascenso mediático, que ella era “una gorda periférica que no encajaba en el Senado” y que su lugar era la Cámara baja. No ser la candidata a senadora le daría la posibilidad a Macri de tener una cara más amigable y propia en el binomio senatorial y balancear a la centrífuga y más autónoma Lilita como cabeza de fórmula de la lista de diputados. Tanto Gladys González y Facundo Manes –cuyas acciones cotizan al alza para ser la fórmula del Senado hoy por hoy– serían una opción light digerible en comparación con el jefe comunal de Vicente López.

“Hoy la energía de Lilita está puesta más en el combate a las mafias y la corrupción estatal que en el escenario electoral”, concluyó su operador. ¿Y la voz de Macri en todo esto? “Estas decisiones tienen un componente personal y también estratégico compartido. Se va a tomar dialogando con el Gobierno”, respondió.

En la Rosada y en La Plata contienen la respiración y ruegan que la economía mejore para no tener que forzar una polarización electoral de la mano de su ocasional verdugo.

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