El precandidato a legislador porteño que acompaña la candidatura de Ricardo López Murphy , Yamil Santoro, participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de la escuela del diario Perfil, en la que comparó las víctimas de la última dictadura militar con las personas fallecidas por el Covid. “Algunos prefieren centrar la discusión en algunos puntos porque les conviene, pero la mala adquisición de vacunas ha causado más muertes en pandemia y es una cifra mayor a los 30 mil”, aseguró.
Además, afirmó que Patricia Bullrich hubiese logrado un mejor desempeño que María Eugenia Vidal y analizó la causa que inició contra Alberto Fernández por el Olivosgate y el Vacunatorio VIP. “Gracias a ello, hoy Ginés González García, personas vinculadas a la cartera de Salud y el propio Presidente de la Nación están imputados”, sostuvo Santoro en el Ciclo de Entrevistas, a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
A continuación, sus principales declaraciones de la entrevista.
—Usted formó parte la denuncia por el Olivosgate y el Vacuntario VIP. ¿Cree que puede haber habido irregulares en la vacunación dentro de la Quinta de Olivos?
—Nosotros hemos denunciado la causa del Vacunatorio VIP y creo que parte de esa maniobra ocurrió en la Quinta de Olivos. Hay planillas que darían ese indicio de ingresos y egresos, tanto de los responsables de la cartera de Salud, como de personal médico y también de varios de los vacunados VIP. Quiero aclarar que fue nuestro espacio el que denunció penalmente tanto el Vacunatorio VIP como el Olivosgate y, gracias a ello, hoy Ginés González García, personas vinculadas a la cartera de Salud y el propio Presidente de la Nación están imputados. Alberto Fernández está imputado gracias a nuestro trabajo.
—¿Qué opina sobre la estrategia del presidente Alberto Fernández en relación a la causa por el Olivosgate?
—Alberto Fernández no puede enseñar Derecho Penal, porque ignora que el delito del artículo 205 del Código Penal no requiere la concreción del daño, sino que es un delito que se configura a partir del incumplimiento de la norma, porque es una norma que está defendiendo la salud pública mediante el orden público. Esto sumado a que el Presidente tiene una responsabilidad distinta al resto de los ciudadanos. Como abogado, yo no lo contrataría nunca. Porque está ofreciendo una compensación por un incidente pero tiene denunciados una enorme cantidad de incidentes, con lo cual, no le va a alcanzar el sueldo. Alberto está proponiendo una solución ilegal.
—En recientes declaraciones, Ricardo López Murphy, el candidato con el que usted comparte la lista de las PASO, dijo que no hubieron 30 mil desaparecidos en la dictadura militar. ¿Usted qué opina?
—Es que no es un tema opinable, es un tema de registro histórico y Ricardo mencionó que los datos de los registros gubernamentales no arrojan la cifra de 30 mil. Me parece una banalización de lo que pasó, centrar la discusión en ese punto. Nadie está diciendo que no fue un horror lo que se vivió en Argentina, que no hubo una ruptura del Estado de derecho y del Estado democrático. Eso es condenable. Esto es lo que plantea la Comisión de la Memoria y otros organismos oficiales que han hecho las investigaciones pertinentes. Puede pasar que quizás haya algún caso donde no había un familiar que reclamara a la persona desaparecida, pero no va a existir nunca un error de margen tal que genere una divergencia de más de 20 mil personas. Y eso no hace que sea menos grave. Cualquier desaparecido, cualquier muerto por parte de un Estado por una pelea política es repudiable, condenable y es preocupante. Pero también merece que recordemos de la misma manera los muertos que hemos tenido en el marco de la pandemia, tanto por mala gestión del asunto sanitario o por la ideologización en la adquisición de las vacunas. Algunos prefieren centrar la discusión en algunos puntos porque les conviene, pero la mala adquisición de vacunas ha causado más muertes en pandemia, y es una cifra mayor a los 30 mil. Y no es por contrastar una cosa con la otra.
—¿Usted dice que la mala gestión de las vacunas generó más muertes que la dictadura?
—Basándonos en datos oficiales, la falta de vacunas generó más muertes que la dictadura militar. Yo entiendo que sea duro escuchar esos datos y entiendo que no es simpático, pero no estoy haciendo una apreciación editorializada del asunto. Lo que estoy diciendo es que las muertes se pueden causar por dolo, es decir, por la intencionalidad de matar. o se pueden causar por la mala praxis y mala administración, como pasó con la tragedia de Once y Cromañón, donde la corrupción y la mala administración, provocaron muertes. En Argentina tenemos hoy un nivel de destrucción económica y de muertes muy elevados. De las peores gestiones sanitarias del mundo. Eso me parece que debe hacer que el Gobierno rinda explicaciones y esto de ninguna manera implica decir que estamos viviendo en una dictadura.
—¿Usted cree que se puede comparar los muertos en pandemia con las víctimas de la dictadura?
—Son dos ejes totalmente distintos. En un lado tenías un accionar sistemático de persecución y de asesinato de personas por parte del Estado y no tiene nada que ver con que el Gobierno, por mala praxis y por mal manejo de la cuestión sanitaria, provoque una gran cantidad de muertos. Lo que estoy diciendo es que ambos hechos son repudiables, son distintos, son inconexos. En un lado vos tenés la intencionalidad de destruir y matar, y en otro lado por mala gestión, asuntos geopolíticos y por tratar de congraciarte con los rusos terminaste generando una consecuencia que mató a decenas de miles de argentinos. Una cuestión ha quedado, en algún punto, saldada en nuestra historia, con los juicios a los genocidas y con evitar que se generen una amnistía a los responsables y, por el otro lado, tenemos responsables muy concretos de haber generado una destrucción significativa de la economía y de vidas. Más que estar discutiendo el pasado, amerita centrarnos en los problemas del presente y sobretodo del futuro. En eso, también me preocupa el tema del Olivosgate.
—Usted comentó que todas las muertes son lamentables, pero en 2019 publicó un tuit burlándose de la muerte de Santiago Maldonado. ¿Qué puede decir al respecto?
—La sátira es una herramienta fundamental en la discusión del sentido. Para mí se vivió un proceso que llegó a constituirse como de adoctrinamiento escolar donde a nuestros hijos en las escuelas se le planteaba que había un muerto en democracia, que había un desaparecido. Cuando, en realidad, lo que hubo fue una persona evadiéndose de la ley que tomó una mala decisión y se murió. Es lo mismo, en la práctica, si alguien se roba un celular en la 9 de Julio lo persigue la Policía, esa persona cruza la avenida corriendo y lo pisa un auto. Es una muerte lamentable, por supuesto, pero no lo mató el Estado. Lo mató una mala decisión que tomó en el marco de evadirse de las fuerzas de Seguridad. Me parece que hubo una actitud antidemocrática por parte de buena parte de la oposición, la izquierda y el kirchnerismo, orientada a querer instalar que hubo un desaparecido en democracia, cuando eso es falso. En esa línea, no hay que tener miedo de decir que es una persona que se ahogó por haber tomado una mala decisión, que puede haber resultado para algunos un mal chiste.
—¿Usted cree que Santiago Maldonado no estaba escapando de una represión de Gendarmería?
—El Código Penal dice el que cometiera un delito será reprimido. Es el deber del Estado reprimir los delitos y luego llevar a las personas ante la Justicia. Si las personas no se evaden de una presencia policial no hay conflicto, no hay represión y pasan a estar a disposición de la Justicia. No hay que tener miedo al ejercicio legítimo de la fuerza por parte de las fuerzas de Seguridad porque para eso existen. Tenemos que poner arriba de la mesa que hay represión que es legal, conforme a derecho y hace a un Estado de derecho, pero, también hay represión ilegal como la que aconteció en la última dictadura militar, esto es todo accionar del Estado por fuera de la ley y es condenable. Maldonado se quiso escapar de la ley y la manera de hacerlo fue arrojándose a un río con mucho caudal, con mucha ropa encima, quedó, lamentablemente, enredado y falleció.
—El exsecretario de Salud de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, dijo que la salud pública no había sido una prioridad para el expresidente. ¿Usted qué piensa?
—Yo estoy convencido que si Mauricio Macri hubiera estado a cargo en el Gobierno, tendríamos muchísimo menos muertos en Argentina. Más allá de la discusión administrativa, si debe ser Ministerio o Secretaría, el Frente de Todos tuvo una de las peores gestiones sanitarias del mundo. Entonces, la verdad, ese comentario me parece una canallada, porque si uno piensa eso, no se queda de ministro, porque considerás que la cartera que representás no está haciendo respetada y te vas a tu casa. Pero, en el marco de una interna, salir a atacar a Macri me parece que habla muy mal de Rubinstein como persona, político y como profesional.
—¿Patricia Bullrich hubiera sido mejor candidata que María Eugenia Vidal?
—Indudablemente. Ese espacio vacío que ha dejado Patricia al no presentarse como candidata, creo que Ricardo López Murphy y nuestra lista lo viene a representar de la mejor manera. Lo que dijo Patricia no es inocente, cuando dice que hubiera sacado más votos que Vidal.
—Usted se considera liberal y lo acaba de expresar. ¿Javier Milei lo representa?
—Nosotros tenemos muchas ideas en común con Javier. Pero lo que diferencia la lista de Ricardo es que todos los candidatos mantienen una coherencia ideológica, con los mismos principios y los mismos valores. Lamentablemente, no es que pasa con la lista de Javier. La segunda de Milei es nacionalismo católico y más de ultraderecha, la segunda legisladora de la lista de Milei es peronista, el tercer legislador de la lista de Milei es un radical PRO. Con Javier tengo una gran afinidad pero entiendo que las reformas se hacen en diálogo con el resto de los actores de la democracia y del sistema político, por lo que creo que López Murphy es mucho mejor candidato que Milei, porque Ricardo tiene esa capacidad de convencer a otros, de generar los puentes y de lograr que tengamos una mejor oposición.