A pesar de que el estado financiero del Banco Nación no pasa por su mejor momento, el Ministerio de Hacienda anunció que tomará 40 mil millones del tesoro de la entidad. El mecanismo será un bono emitido a dos años, que será suscripto por el banco “en el marco de una estrategia financiera integral y del programa financiero para el corriente año”.
Los bonos en pesos tienen como fecha de emisión el ocho de febrero último y vencerá en la misma fecha de 2021. Éstos devengarán intereses a la tasa nominal anual equivalente a Badlar, más un margen de 200 puntos básicos, que serán pagados trimestralmente el ocho de mayo, el ocho de agosto, el 8 de noviembre y el ocho de febrero de este año y del año que viene, hasta el ocho de febrero de 2021.
Estos fondos que desembolsará el banco oficial se suman a los que lo obliga el últimoPresupuesto anual que fue aprobado por el Congreso, que totalizan 15 mil millones y al giro de utilidades al que está obligado desde 2018, cuando el Estado le tomó 20 mil millones. Esto significa que en 2019, el Banco Nación deberá girarle al Estado nacional al menos 25 mil millones de pesos.
En realidad, el Banco ha sido afectado seriamente en su operatividad, porque si se suman todas las cifras que le fueron o serán sustraídas por el Tesoro nacional habría que contabilizar estos 40 mil millones, más 20 mil que figuran en el Presupuesto. La friolera llega casi hasta los 65 mil millones. Esta crisis disparó en diciembre pasado la fuerte posibilidad de la renuncia del radical Javier González Fraga, presidente de la entidad.
De todos modos, el método de la toma de dinero allí adonde éste se encuentre tiene antecedentes. El 26 de diciembre último, el Gobierno oficializó la emisión de Letras del Tesoro (Letes) por hasta 86 mil millones de pesos a un año de plazo, que serán suscriptas por la Anses, que posee un codiciado coto de caza denominado Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Éste ya fue disminuido por intervenciones anteriores y también, al igual que el banco, se encuentra a las puertas de una crisis.
Ante la acusación de José Luis Gioja de que “siguen vaciando a la Anses, le encajan papelitos de colores y nos dicen que está todo bien”, fuentes de esta entidad deslizaron que en realidad la operación es una renovación de un préstamo de fondos que llegaron a sus arcas a través del blanqueo y que en realidad los empréstitos que aplica protegen a los fondos de la inflación y que sería “ilógico” mantenerlos inmovilizados, porque así rinden más que un plazo fijo.
Fuentes del Palacio de Hacienda suelen deslizar que esta clase de endeudamiento a través de entidades públicas lo utilizaron casi todos los gobiernos, pero los raids desesperados que suele encarar por estos días en busca de fondos superan largamente a casi todos sus antecesores. Con una política de ingresos cada vez más acotada y una crisis de producción creciente en marcha, esta situación se repetirá invariablemente en los próximos meses.
Como dato de esa realidad tan volátil como indeterminable, este lunes 11 de febrero, el dólar abrió en alza y llegaba, sobre el cierre de la jornada cambiaria, hasta los $39,45 en el Banco Francés y los $39,75 en el ICBC. El viernes había cerrado a $37,86. El hecho de que el Banco Ciudad lo venda a $39,70 y que el Nación lo haga a $39,40 obligan a pensar que el propio Gobierno alienta un leve salto hacia arriba de la divisa, en una estrategia de imprevisibles consecuencias.
La economía es a los bancos lo que la hemofilia a la sangre. Se sabe cómo comienza una hemorragia, pero difícilmente cómo cauterizarla.