La ingeniería electoral para el turno 2023 de la Argentina será una de las claves de su definición, ya que los núcleos duros de cada una de las fuerzas no garantizan el triunfo y dependerá de la conformación final de las ofertas para generar alternativas triunfadoras en todos los niveles.
El gobernante Frente de Todos empieza a desarrollar este jueves su nuevo engendro, la vieja y querida Mesa, formato comisión de 15 miembros, que entrega la garantía prácticamente absoluta de que nada de lo que se charle allí llegará a buen puerto. Por lo contrario, esta instancia podría generar pérdidas de tiempo, justo en los momentos en que la indefinición, como lo advierten los propios políticos, produce daños.
La inflación, que el propio Sergio Massa ha puesto como medida para el futuro electoral propio (y del espacio político que integra), será una de las variables que determinarán las chances del oficialismo, que ha logrado mantener algunas variables macro en sentido positivo, pero sin generar la confianza social necesaria, ni la correcta distribución de la riqueza entre la población.
La expresión política y el rumbo a adoptar es la discusión reinante por estos días en el Frente y eso quedará claro en los planteos y cabildeos que tendrá esta fuerza política, que al intentar cumplir los objetivos políticos de cada uno de los sectores, solo logrará debilitar al conjunto y complicar sus chances, mientras avanza el calendario.
Desde la otra vereda, la de Juntos por el Cambio, esta situación no puede ser capitalizada por ahora, ya que las diferencias internas son tan notorias que no hay foto que las pueda calmar. Mientras todos avanzan con la certeza de que llegarán al premio al final del camino, el mismo parece alejarse, entre conflictos permanentes de intensidad media o alta en algunos distritos.
Ni siquiera la Ciudad de Buenos Aires alcanzó la paz suficiente. Lo que fue una fortaleza inexpugnable y sólida, hoy tiene media docena de candidatos que la podrían ganar, pero antes deben resolver las posiciones y los egos, algo que ni el propio Horacio Rodríguez Larreta puede definir. En principio, porque está de salida y después porque todo dependerá de la definición mayor, la candidatura nacional, donde si bien es el favorito, todavía son demasiados los patitos (y “Patitas”) sueltos, que no se ponen en fila.
Son muchas las provincias que ante tanto desaguisado en cada una de las coaliciones, han decidido adelantar sus comicios. No desean arriesgar en arenas movedizas lo que en suelo firme se puede garantizar mejor. El cronograma anual irá marcando la temperatura y las tendencias, que no siempre llevan a conformar un mapa confiable. Es sabido que la militancia y el aparato en cada distrito se utilizan al máximo cuando está en juego “la propia”. Siempre fue así, aunque no por eso los mandatarios descuidan la elección nacional, ya que pueden llegar a pasarla mal si alguien con quien no empatizan accede al sillón de Rivadavia. La dependencia económica (o sea política) de algunas provincias respecto del estado Nacional es tal, que sería peligroso descuidar ese detalle.
Entre medio de todas estas conjeturas aparece la figura de Javier Milei como el emergente más nítido de esta situación. La Libertad Avanza –así es el nombre de su fuerza política- se posiciona como tercera fuerza a nivel nacional y también lo hace en los distritos que más vidriera proponen, CABA y Provincia de Buenos Aires, aunque con distintas realidades en ambos. Mientras en la Capital probablemente pase a tener una fuerza importante en la Legislatura porteña a partir de una elección similar o mejor que la del 2021, en Provincia se le complica el panorama, a partir de la instalación definitiva de José Luis Espert en ese distrito y el anunciado desembarco de Fernando Burlando, la estrella mediática que condujo la defensa de Fernando Baéz Sosa durante el juicio contra “los rugbiers”.
Sin embargo, no todas son buenas noticias para este político, que como principal slogan utiliza su crítica postura hacia lo que él denomina la “casta política”.
Por estos días –y en lo que ya parece ser una tendencia- se le endilgó desde el interior de su fuerza un manejo discrecional de las posiciones de su espacio, a partir de que una sus militantes sostuvo que éstas “se deciden por guita o por sexo”. Los ataques contra Milei serán moneda corriente este año, ya que su convocatoria electoral amenaza a las dos fuerzas que construyeron la grieta y se entiende que no lo dejarán pasar con tanta facilidad por ese lugar. Y además, su personalidad especial le trae tanto nuevos amigos como nuevos enemigos(as), por dentro y por fuera del sistema político.
La cuestión es que, como decía el General Perón, “al rengo hay que mirarlo caminar” y éste será el primer paso de Milei por la política grande y habrá que ver si confirma o no la expectativa que ha generado. Si fuera que sí, será sin dudas el juez que tendrá la próxima elección, a la que probablemente arribe tercero, en el mejor de los casos. Sino, sería una decepción para todos aquellos que soñaron con un dirigente liberal en competencia real con las principales fuerzas democráticas del país. Este miércoles sostuvo una charla con el ex Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro y acordaron luchar juntos contra la “Unión Soviética Latinoamericana”, una declaración algo anacrónica, pero a tener presente para el futuro regional.
La Provincia de Buenos Aires es un lugar donde ya dijimos que Milei podría tener dificultades si su ingeniería electoral no acertara la estrategia, lo mismo que les pasa a todos los demás competidores. Pero, el peronismo –tal como sucede con JxC en CABA- tiene una base importante que no se volcará fácilmente. Allí, JxC tendría que tomar las PASO como una primera vuelta y definir sus alianzas antes de la elección general, en la que no hay balotaje. Allí es todo a matar o morir.
Nunca se hizo tan difícil congeniar proyectos y candidaturas para las dos coaliciones, lo que generó la irrupción de los libertarios. El que acierte la posición correcta tendrá premio. Los demás, por su parte, lamentarán su improvisación, que les generó tantas internas y problemas.