La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, no siente bronca. Siente “vergüenza ajena” por el fallo de la Corte Suprema que autorizó la aplicación del cómputo del 2×1 al represor Luis Muiña. Noticias Urbanas la entrevistó el lunes, antes de que en el Congreso se debatiera la exclusión de los delitos de lesa humanidad de los alcances de la polémica ley de reducción de condenas, y con la realización de la marcha en Plaza de Mayo, en repudio al fallo de la Corte, ya confirmada.
Durante la conversación, la presidenta de Madres Línea Fundadora responsabilizó al Gobierno de Mauricio Macri por la decisión judicial. Y les pidió a Marcos Peña y a otros referentes del oficialismo que se unieran “para declarar la nulidad de la ley”, cosa que finalmente se concretó en el Congreso de la Nación al día siguiente. Atribuyó a intereses políticos y personales la decisión de los tres magistrados que fallaron a favor y apunta a la complicidad de “un sector” de la Iglesia vinculada al proceso militar.
A sus 87 años, está dispuesta a “cargar las pilas para volver a empezar la lucha en las calles, ante los organismos internacionales, como durante 40 años”. Mientras tanto, se pregunta: “¿Nos imaginamos caminando por las calles de nuestro país con los genocidas, con los asesinos de nuestros hijos e hijas? ¿Después de haber luchado tanto? ¿De haber logrado algunos avances? Dios mío. Esto es tan difícil”, exclama.
–¿Cómo les cayó el fallo del 2×1 aplicado a Muiña?
–A título personal, realmente fue un golpe que no esperábamos, cuando el país estaba encaminado hacia terminar con este camino de la impunidad que venimos luchando desde hace tantos años. Al menos habíamos tenido logros, beneficios. Ya venía lento con este gobierno, parece que vamos para atrás con toda la historia de lucha de búsqueda de Verdad, Justicia y Memoria.
–¿Cree que el Gobierno tuvo incidencia en este fallo?
–Sí, desde luego. Cómo no voy a creerlo si a estos dos jueces (por Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz) los puso el Gobierno a su medida. Acá hubo, también, complicidad de un sector de la Iglesia católica. Que no es la Iglesia, porque esta Iglesia no nos representa. Esta no es la Iglesia de Carlos Mugica, de monseñor Angelelli, de Jaime de Nevares, de Novak, para nada. No es la de los curas de Opción por los Pobres. Esta es una Iglesia que participó de la entrega de bebés apropiados de sus madres embarazadas y cautivas a través de monjas que realmente mostraron su participación en el terrorismo de Estado. Una vez que les sacaron su propia identidad, fueron entregados a familiares de militares, a policías, a empresarios, era toda una combinación funesta. Para mí, es una vergüenza.
–¿Y qué intereses cree usted que tendría el Gobierno?
–Este Gobierno quiere distorsionar la verdadera historia. Quiere ocultarla, pero es imposible, porque esta historia la vivimos. Quiere banalizar o distorsionar la lucha de los organismos de derechos humanos en estos 40 años. Esto a mí me pareció una actitud obscena. Querer implementar una ley que además está derogada, que no se hizo para los crímenes de lesa humanidad, cuando, además en el momento en que sale la ley ya habían cometido los delitos. O sea, todo totalmente irregular.
–Pero fueron Rosatti, Rosenkrantz y Highton de Nolasco, tres jueces, los que votaron a favor de la aplicación del 2×1.
–Creo que no hubo independencia de los poderes. La parte de la Corte que votó este fallo carece de entidad moral para implementarlo. Esta ley no va con los crímenes de lesa humanidad, que no prescriben, que no son amnistiables para nada. Y esta es una velada amnistía. Así que todo eso es lo que sorprende. En la Corte hay personajes, estos dos jueces (por Rosenkrantz y Rosatti), que fueron puestos por la ventana. No fueron queridos por un consenso ni por el pueblo, y yo creo que ni siquiera dentro del Poder Judicial. Y después, la jueza que votó en positivo (Highton de Nolasco) hace años rechazó esta ley, porque no era para crímenes de lesa humanidad. Y ahora dio marcha atrás porque le conviene, porque quiere seguir en la Justicia y no quiere jubilarse. Entonces, el premio es que ella siga en el cargo. Pero valga el honor que va a tener. Porque el día que se jubile va a dejar la lacra de esta actitud. Esto está todo agarrado de los pelos. Lo rechazamos y habrá miles de personas en las calles para rechazarlo y decir que es una infamia que se comete contra todas las víctimas del terrorismo de Estado.
–La primera reacción del Gobierno fue a través de Avruj, respaldando el fallo. Pero después Marcos Peña y otros funcionarios salieron a cuestionar la sentencia.
–Avruj salió a decir que si todo era legal había que respetarlo. Pero esto no es legal. Esto viola pactos internacionales, tratados, que costaron años. Costó años que realmente se reconozca este crimen de lesa humanidad, que es la desaparición forzada de personas, la tortura, el asesinato vil. Avruj no sabe nada de Derecho, menos sabe de pactos internacionales y de convenciones. Pero menos sabe aún de la Constitución Nacional. Y a Peña y los otros [políticos del Pro] les pido, entonces, que se junten y le digan a la Corte que esto no se puede aplicar y que hay que declarar la total nulidad de esta ley. Para siempre.
–¿Siente bronca por la decisión de la Corte?
–Yo no tengo bronca por esto. Tengo vergüenza ajena, tengo indignación, me parece que esto es espantoso. Todo se combinó con una Corte que carece de identidad moral para aplicarlo. Que fue irregular. Ya lo aplicaron a dos o tres casos, a genocidas, a los que se robaron los bebés, a los que hicieron los vuelos de la muerte. Esto es así, estamos en un proceso en este país. Tendremos que cargar las pilas para volver a empezar y volver a decirles que queremos una Argentina con democracia, sin impunidad y con justicia social.
–¿Habló con Estela de Carlotto sobre este tema?
–Sí, hubo reuniones con Abuelas y con todos los organismos afines. Con Hebe de Bonafini no. No sabemos qué piensa tampoco, absolutamente.
–¿Cuáles son las consignas de la manifestación?
–Esta manifestación es para repudiar el 2×1, todo lo que está pasando en el país, a este retroceso que tenemos en este país que costó tanto. Porque nadie nos regaló nada. Los logros que conseguimos con apertura de los campos del horror, los conseguimos bregando en las calles. Perdimos tres madres, dos monjas francesas y antes desaparecieron a seis madres de presos políticos. Esto que logramos fue en la calle, por 40 años. Nadie nos regaló nada. Esto lo vamos a seguir de la manera que sea, llegando a los estamentos que correspondan. Las Naciones Unidas, la OEA, todos los organismos a los que se pueda llegar por este cargo tan grave. ¿Nos imaginamos caminando por las calles de nuestro país con los genocidas, con los asesinos de nuestros hijos e hijas? ¿Después de haber luchado tanto? ¿De haber logrado algunos avances? Dios mío. Esto es tan difícil.