Jorge Bergoglio se había convertido en un bastión de batalla electoral, donde los precandidatos se codeaban para recibir la bendición de una foto junto al Sumo Pontífice.
Sin embargo, a pesar del marketing que “Pancho” logró hacer a favor del peronismo, los “hombres del Papa” quedaron exentos de las elecciones legislativas en octubre.
Hasta qué punto el representante de Dios en la Tierra era consciente sobre los efectos de sus gestos directos a los candidatos peronistas en época de campaña queda en duda. El exarzobispo de Buenos Aires incluso llegó a mencionar, en más de una oportunidad, sentirse “usado”. Hasta dicen que evitó este año cumplir con su prometida visita a la Argentina para no quedar involucrado en la campaña electoral.
A pesar de esto, tal fue su influencia e intervención en las candidaturas que a la lista conformada por Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio kirchnerista, Gustavo Vera, titular de La Alameda, llegó a ser llamada informalmente como “la lista del Papa”.
Caso similar sucedió con Julián Domínguez, expresidente de la Cámara de Diputados durante el kirchnerismo, quien gozó de quedar revestido con la nomenclatura de “amigo de Francisco”.
A pesar de todo esto, las urnas emitieron un disgusto por las filas del Papa y así es como no sólo dejó a Unidad Porteña lejos del puntaje obtenido por Vamos Juntos, sino que Vera y Moreno quedaron “fuera del juego electoral” de este año, tirando por la borda su antiguo sueño de obtener al menos el 15 por ciento de los votos dentro de este frente para integrar así la lista de Filmus.
La “dupla papal”, bajo el lema “Honestidad y Coraje”, consiguió solo 52.863 votos en la categoría diputados, lo que equivale al 13,51 por ciento del total de los 391.264 sufragios que obtuvo el espacio.
Por su parte, Julián Domínguez ni siquiera llegó a ser candidato.