Terminada la campaña y con los nuevos gobiernos nacionales y provinciales en marcha, las aguas no se apaciguaron en la UCR bonaerense. A pesar de haber hecho la mejor elección ejecutiva en 32 años, el centenario partido no logra cerrar la grieta entre sus dos vertientes: los que apoyaron la coalición Cambiemos y los que no.
Entre los primeros figuran los intendentes del interior bonaerense y en los segundos, Ricardo Alfonsín (presidente del Comité Provincia) y buena parte de quienes lo siguen, que ostentan la estructura partidaria pero no la territorial.
El último chispazo lo produjo la conformación del gabinete de la gobernadora María Eugenia Vidal. Había dos ministerios pensados para la Unión Cívica Radical: el de Producción, Ciencia y Tecnología, y el de Salud. Al primero fue Jorge Elustondo. Al segundo, en primera instancia, estaba elegido Luis Blanco, ex diputado provincial por la Cuarta Sección, oriundo de Chivilcoy.
Fuentes del Comité Provincia explicaron a Noticias Urbanas que el alfonsinismo todavía no digiere que lo de Blanco se haya caído y el vicegobernador correligionario, Daniel Salvador, no haya movido un dedo. Lo que ocurrió es que Vidal, por motivos poco claros, encontró algo en el currículum de Blanco que no la convenció y pidió otro dirigente.
“Salvador no lo peleó porque sabía que, caído Blanco, quien iría a esa cartera sería un alfonsinista. No salió a bancar y al final el único ministro radical fue Elustondo”, relataron desde el radicalismo. Esta es una de las razones por las cuales el presidente del Comité Provincia y diputado nacional permanece con un perfil bajísimo y reluctante a defender las políticas de los flamantes ejecutivos de Cambiemos.
Finalmente, la ministra de Salud fue la médica Zulma Ortiz, la última en ser designada por Vidal, el día anterior a la presentación formal del gabinete. La pelea de fondo, además, es la interna entre Ernesto Sanz y Alfonsín: Salvador representa al sanzismo en Cambiemos.
Además de ideológica y de poder, la disputa fue táctica. El radicalismo bonaerense fue uno de los mayores detractores a la alianza con el PRO y la Coalición Cívica, y en marzo pasado perdió en la Convención partidaria ante los dirigidos por Sanz (cabeza visible de los intendentes). Parece que la grieta aún resta por subsanarse.