El Gobierno nacional intenta buscar una estrategia común para las jornadas claves que tendrá el debate sobre el acuerdo con el FMI y sea respaldado en el Congreso. Entre este lunes y miércoles pasará por las comisiones de Hacienda y Presupuesto, y el jueves llegará al recinto, en un debate que puede transformarse en un punto de inflexión en la vida interna de coalición oficialista.
El domingo, los diputados que forman parte de las comisiones por donde pasará el acuerdo, se reunieron en el tercer piso de la Cámara baja para empezar a delinear una estrategia y escuchar el rumbo político del oficialismo y los detalles técnicos de la negociación de la boca del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Al comienzo de la reunión, Massa sostuvo: “Quiero que cada diputado y diputada tenga toda la información para que no haya dudas”. Además expusieron el titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, y el presidente del bloque de diputados del Frente de Todos, Germán Martínez.
De acuerdo a lo publicado por Infobae, durante la mayor parte de ese tiempo Guzmán respondió preguntas de todos los sectores de la coalición. ¿Qué puede pasar si no se cumple el acuerdo? ¿Cuáles son los riesgos de no acordar? ¿Se puede cumplir lo que se arregló? ¿Qué va a pasar con la coparticipación de las provincias? ¿Y con la inversión en obras públicas? ¿Cuánto se van a aumentar las tarifas y hasta dónde se reducen los subsidios?
La intención fue eliminar todas los interrogantes de los legisladores y, en ese accionar, sumar apoyos para el momento de la votación. Más claridad, más precisión y menos incertidumbre. En definitiva, es la única forma de convencer a los incrédulos o aquellos que no tienen una espada ideológica apoyada sobre sus cabezas.
Quienes estuvieron presentes aseguraron a Infobae que “no fue una reunión deliberativa”, ni “hubo una toma de posiciones”, sino un “ida y vuelta de preguntas y respuestas”. No fue para sentar posturas firmes sobre el acuerdo con el Fondo y que la reunión termine en un pase de facturas. Sirvió para eliminar dudas ancladas en la falta de información precisa.
Tanto Massa como Guzmán marcaron ante los presentes que querían que la reunión sirva para despejar dudas y dar certezas sobre cómo fue la negociación. Fue una forma de abrir el juego, bajar la tensión que sobrevolaba en el ambiente peronista antes del encuentro e intentar alinear voluntades en base a explicaciones detalladas.
▶ Qué hará La Cámpora
Las últimas señales de La Cámpora fueron confusas. En el final de la semana pasada la agrupación publicó dos videos que contenían duras críticas al Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue una jugada suspicaz teniendo en cuenta la cercanía con el tratamiento del acuerdo en el recinto.
Sin embargo, el sábado el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, parte de la mesa de conducción de la agrupación ultra kirchnerista, dijo que “el acuerdo con el FMI es el comienzo de la solución” y que “evita una catástrofe en lo inmediato”. Fue una clara señal de respaldo. Entonces, empezó a reinar la confusión en el escenario político.
En la reunión del domingo estuvieron presentes legisladores camporistas como Paula Penacca, Marcos Cleri y Vanesa Siley. En sus intervenciones plantearon la importancia de mantener la unidad de la coalición y le hicieron un puñado de consultas a Guzmán. Entre ellas cuáles fueron los puntos más conflictivos en la negociación con el Fondo y cómo serán las revisiones trimestrales del acuerdo.
Máximo Kirchner no estuvo presente. Después de su salida de la presidencia del bloque, la agrupación no ha tomado una postura pública en la voz de sus legisladores. Por eso en el Gobierno aún existen muchas dudas sobre qué posición adoptaran los cerca de 15 diputados que son camporistas, más otros que responden a la organización Patria Grande, que conduce Juan Gabrois.
Por el momento, en el poroteo interno, todos los legisladores cuentan a los camporistas como posibles abstenciones. Pero, a cuatro días de que se trate en el recinto, aún no hay certezas.
El posicionamiento inconcluso de La Cámpora no solo le impide a la Casa Rosada saber el apoyo real en el Congreso, sino que alimenta la estrategia de la oposición más dura que reclama que todo el oficialismo defienda el acuerdo, si es que quieren el respaldo de Juntos por el Cambio. Los días que vienen serán vertiginosos y se espera que las definiciones vayan apareciendo detrás de los debates en las comisiones.