En medio de la inestabilidad que ha caracterizado a los mercados en las últimas semanas, Javier Milei y Luis Caputo han reafirmado que Argentina está a un paso de firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este entendimiento contemplaría la inyección de nuevos fondos que facilitarían el proceso hacia la eliminación del cepo cambiario y conllevarían un “pasamanos” de deuda.
Tanto el presidente como el ministro de Economía han señalado que el desembolso, que se estima en aproximadamente US$ 11.000 millones, no afectaría el nivel de los pasivos externos del país.
Milei afirmó que el acuerdo con el organismo multilateral “solo necesita el lazo final”, confirmó que incluye la transferencia de recursos y subrayó que “su único objetivo es restablecer el equilibrio” del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Recursos del FMI para fortalecer el Banco Central
Esta acción se presenta como una de las tres condiciones esenciales planteadas por el equipo económico para eliminar las restricciones a la libre circulación de capitales. Las otras condiciones incluyen la reducción de la inflación a niveles similares a los del contexto internacional y la alineación de la base monetaria tradicional con la base monetaria ampliada.
Según el presidente, este enfoque no resultará en un aumento del endeudamiento externo, por lo que no debería requerir la aprobación del Congreso de la Nación. “Los fondos ingresan al Tesoro, se incorporan nuevos recursos y se utilizan para saldar deudas con el Banco Central. Así, la deuda se mantiene constante, lo cual es crucial, ya que refuerza el balance del Banco Central. Esto, a su vez, mejora el patrimonio neto y contribuye a que el índice de precios a largo plazo sea más bajo”.
Desde una perspectiva libertaria, el equipo económico busca una vía alternativa para eludir la intervención del Congreso de la Nación. La ley 27.612, que fue aprobada durante la administración de Alberto Fernández, estipula que la adquisición de deuda en moneda extranjera bajo jurisdicción foránea y los acuerdos con el FMI requieren la autorización de los legisladores. Si no se logra el respaldo necesario en ambas cámaras, se pondría en riesgo la firma del acuerdo con el Fondo y la llegada de los fondos destinados a estabilizar las finanzas del BCRA.
“No se trata simplemente de reemplazar la deuda intersectorial pública por la del FMI. Esta deuda fue adquirida por el Banco Central para financiar los excesos de gasto del Gobierno, y el resultado ha sido que el BCRA perdió su capacidad para gestionar la política monetaria, lo que ha llevado a que los argentinos enfrenten una inflación extremadamente alta debido a la necesidad de emisión”, explicó Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso.
Además, añadió: “El Gobierno está tomando deuda del FMI con el objetivo de saldar la deuda del Tesoro que se encuentra en poder del BCRA y así poder capitalizarlo, proporcionándole liquidez para que pueda proteger el valor del peso y establecer un mercado único y libre de cambios, avanzando hacia una inflación anual de un solo dígito”.
Siguiendo esta línea de razonamiento, Caputo pronosticó que el acuerdo se formalizará antes de que concluya el primer cuatrimestre de 2025, aunque reconoció que aún “falta el detalle final”.
En estrecha colaboración con el Poder Ejecutivo, el ministro de Hacienda subrayó que se trataría de “nueva financiación, pero no nueva deuda”.
“Estos recursos ingresan al Tesoro y se utilizan para recomprar deuda al Banco Central. De esta manera, se logra su capitalización y la deuda bruta se mantiene sin cambios. Se reemplaza la deuda intersectorial por deuda con el FMI. La recapitalización del Banco Central es una de las tres condiciones necesarias para estar preparados para salir de las restricciones cambiarias”, explicó.
Cómo opera el mecanismo del pasamanos de deuda
En términos concretos, el Tesoro transferiría los dólares del Fondo Monetario al Banco Central y recuperaría una parte de las letras intransferibles, instrumentos que se emitían cada vez que era necesario hacer frente a obligaciones de deuda externa.
Estas letras eran, en esencia, meras anotaciones contables, dado que el Tesoro no tenía la intención de restituir las divisas. De esta manera, se reduciría el pasivo de la autoridad monetaria y, al retener los dólares, se incrementarían sus reservas internacionales.