Las restricciones al acceso a los dólares oficiales para importar siguen generando en la industria un escenario preocupante de cara a los próximos meses, ya que los cupos autorizados por el BCRA se están agotando y el financiamiento bancario no sólo resulta altamente costoso, sino que no es accesible a todas las compañías.
En ese contexto, los empresarios de consumo masivo ya realizaron al advertencia: “Si no podemos producir por falta de insumos, no podremos abastecer”.
Ante esta situación, el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y el secretario de Comercio Interior, Martín Pollera, recibieron a los principales directivos de la Asociación Supermercados Unidos (ASU), con quienes abordaron distintas estrategias para garantizar el abastecimiento de productos en góndola y establecer un sendero de estabilidad respecto a los precios.
En el encuentro, Scioli destacó la necesidad de “converger a la estabilidad de precios sobre la base del esfuerzo que realiza el Estado Nacional para otorgar las condiciones que permitan el aumento de la productividad y el consumo”.
Por su parte, Pollera dijo que la reunión “forma parte de una serie de encuentros con sectores vinculados a la producción de consumo masivo, donde encontramos un espacio de discusión para poder llegar a un punto de acuerdo entre todas las partes”.
“Debemos aunar esfuerzos entre todos para garantizar el abastecimiento de bienes esenciales a precios accesibles en las góndolas de los supermercados”, remarcó el secretario, de acuerdo con un comunicado de Desarrollo Productivo.
Junto al secretario @mpollera recibimos a representantes de cadenas de supermercados nucleados en la Asociación Supermercados Unidos (ASU).
Abordamos estrategias para garantizar el abastecimiento de productos en góndola y establecer un sendero de estabilidad en los precios. pic.twitter.com/YE8bY4hPwE
— Daniel Scioli 🇦🇷 (@danielscioli) July 12, 2022
En tanto, desde ASU, se señaló que en la reunión “se repasó la situación actual del programa Precios Cuidados y se instó a trabajar por reforzar en el corto plazo los mecanismos de detección de alertas tempranas para informar a la Secretaría de posibles faltantes en categorías críticas”.
“Además, se hizo hincapié en los bajos niveles de entrega de mercadería por parte de la industria y se pactó una agenda de trabajo conjunta a futuro”, indicaron.
En un comunicado, la asociación sostuvo que por su parte “reiteró -como en anteriores oportunidades- su permanente intención de trabajo en conjunto en pos de llevar tranquilidad a los consumidores en un contexto de incertidumbre”.
“ASU resalta la voluntad de diálogo y discusión de las autoridades nacionales para entender las problemáticas del sector e identificar temas de trabajo en común para hacer frente a la preocupación de nuestros clientes ante la tensión entre las nuevas listas de precios que se reciben y el abastecimiento suscitado en los últimos días”, agregaron.
Concretamente, el pedido de las empresas -y el compromiso de Scioli- fue que se liberen los pagos de todas las importaciones que ya estaban nacionalizadas al momento de oficializarse la medida y que, por ende, no pudieron cancelarse. También reclamaron por las compras cuyos embarques ya estaban realizados o que estaban a punto de concretarse. En todos estos casos, las empresas tuvieron que decirle a su proveedor que no iba a poder cumplir con el pago y que podría hacerlo recién en 180 días. Y si bien algunos bancos están ofreciendo financiamiento, no lo hacen para mercadería ya nacionalizada.
Además, desde el sector empresario remarcaron: “Para este tipo de operaciones (SIMI B nacionalizadas) los bancos no cuentan con autorización del BCRA para financiar al nuevo plazo. A su vez, los primeros contactos con nuestros proveedores para solicitar la extensión de los plazos de pago no fueron positivos por falta de financiamiento. Por ende, si no le podés pagar lo que ya te despachó, eso hace que no te quiera embarcar más”.
Y añadieron: “Empezamos a tener problemas comerciales. Encima que le debemos plata, no quieren cobrar a los 6 meses. Y la financiación que ofrecen los bancos locales no están del todo operativas, además de que son muy costosas (entre 8% y 10% anual en dólares). Estas tasas vuelven inviables algunas operaciones; o si las empresas la aceptan, tienen un fuerte impacto sobre los precios”.
Los funcionarios se mostraron predispuestos a analizar alguna flexibilización con respecto a estas operaciones que habían sido cerradas antes de la norma, así como también en aquellos casos en los que los cupos dispuestos por el BCRA ya se agotaron, por ejemplo, por una fuerte suba de precios en el mercado internacional. Allí, Scioli se comprometió a suavizar el cepo.