En las próximas horas terminará la primera visita técnica presencial del Fondo Monetario Internacional, que aceleró la cuarta revisión de metas del programa vigente y que tiene en la hoja de ruta próxima un nuevo encuentro. Esta vez, será a través de un viaje de funcionarios del equipo económico a Washington, para concluir la discusión y allanar el camino al desembolso de USD 5.400 millones a fines de marzo.
El jueves el reducido grupo de técnicos del FMI que arribó a Buenos Aires continuó con reuniones con funcionarios del equipo de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda. Algunos de los números fiscales principales que tiene en su despacho el secretario de Hacienda Raúl Rigo fueron en la mira. El Ministerio de Economía aseguró que sobrecumplió con la meta de reducción del déficit el año pasado, empujado por la aceleración de ingresos al fisco por el dólar soja, entre otros motivos.
Para este año, el Gobierno deberá recortar el déficit fiscal primario desde 2,4% del PBI con el que había terminado 2022 hasta 1,9% del PBI, con un techo de emisión monetaria para asistir al Tesoro de 0,6% del PBI . Sobre este último punto, los primeros tres meses del año tendrán como techo para la financiación del déficit unos $139.000 millones, cerca de un sexto del tope nominal de todo el año, que es de $883.000 millones.
De acuerdo a las estimaciones del organismo, las principales herramientas para el cumplimiento del objetivo de 1,9% de déficit serán la reducción del gasto social, que representarían 0,8 puntos porcentuales y una poda adicional a los subsidios energéticos, por un monto que equivale a otros 0,6 puntos porcentuales.
Los números fiscales que mira el Fondo Monetario no terminan solo en el mayor o menor nivel de déficit primario que acumule la administración nacional sino también el ritmo de pagos que hace el sector público, lo que se refleja en el stock de deuda flotante o pagos atrasados .
No solo es mirado por los técnicos del FMI sino que además está incluido dentro del sistema trimestral de metas. Para el 2022 el programa vigente prevé que los pagos demorados no podrían superar los $654.000 millones, lo que equivale a un 0,8% del Producto Bruto.
El dato del cierre del 2022 de deuda flotante, de acuerdo a la base de datos de la Tesorería General de la Nación (TGN) fue de 1,1 billones de pesos (1,3% del PBI), un aumento superior al 80% respecto a los $602.000 millones que había registrado noviembre. Una suba en el stock de atrasos de pagos no es extraño a fin de cada año, aunque en 2021 había tenido una suba pronunciadamente menor.
En el Palacio de Hacienda aseveran, además, que a pesar del salto de diciembre, la meta anual de stock de deuda flotante no correrá peligro. Eso se explicaría porque el número de 1,1 billones de pesos que relevó la TGN contempla toda la administración nacional, y el tope del programa actúa solo sobre el Tesoro. Además, la métrica que considera el FMI consta de un número promedio de los últimos tres meses, no solo de la cifra final del año.
Como definición, la deuda flotante es el nombre que suele darse a los pagos atrasados del sector público y que algunos analistas consideran una fuente “alternativa” de financiamiento.
Economía también anticipó que otras metas lograron cumplirse, como la reducción de la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro, que llegó al 1% del PBI -desde el 3,7% en 2021- y se sumaron u$s5.800 millones de dólares a las reservas netas del Banco Central durante el año pasado.
Si las metas son aprobadas por el directorio del FMI, la Argentina estará en condiciones de recibir un nuevo desembolso, en este caso de unos u$s 5.400 millones.
La anterior revisión del acuerdo se realizó en septiembre del año pasado y, tras ese paso, la directora adjunta del FMI, Gita Gopinath, resaltó que en la Argentina “las continuas acciones políticas decisivas están comenzando a dar sus frutos. En un contexto externo e interno más desafiante, la implementación de políticas, incluido el endurecimiento de las políticas fiscales y monetarias, está conduciendo a una reducción de la inflación, así como a decididas mejoras en la balanza comercial y la cobertura de reservas”.