Las contradicciones del discurso oficial terminan en los hechos: Mauricio Macri, a través de la firma del decreto 632/2018, congeló la incorporación de nuevo personal en el Estado nacional hasta diciembre de 2019.
Mientras tanto, en época de despidos masivos el Presidente detalla en eventos públicos como el acto por el 9 de julio (día de la independencia argentina) que desde el Ejecutivo pujan por “el desarrollo de todos” y continúa con la versión de pobreza cero.
Esta medida, busca reducir el gasto estatal nacional en $20.408 millones, tiene como excepción de empleos en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), al Servicio Penitenciario, a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a las Universidades Nacionales y a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Asimismo, se confirmó que las entidades afectadas deberán elevar un informe al Ministerio de Modernización sobre el pago de servicios extraordinarios, suplementos por movilidad y viáticos, con la finalidad de bajar en un 30% el gasto en estos conceptos.
El recorte también llegará a los autos oficiales (se ordenó un relevamiento y se suspendieron las adquisiciones) y a los vuelos (restricciones para los pasajes en clase ejecutiva), entre otras materias.
Por último, se invitó al Poder Judicial de la Nación, al Poder Legislativo Nacional, a las Provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a imitar el espíritu contemplado en el decreto.