La política de seguridad, y en especial la relacionada con el combate al narcotráfico acerca cada vez más al Gobierno de Mauricio Macri con la DEA (Drug Enforcement Administration).
Prueba de ello es un encuentro del South American Work Group que se realizó en Buenos Aires, del que participó la ministra de Seguridad de la Nación,Patricia Bullrich, jefes de Drogas de los países que conforman ese grupo (Paraguay, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay, Ecuador, Argentina, Venezuela), y miembros de la DEA.
También estuvo presente Thomas Cooney, encargado de negocios de la embajada de los Estados Unidos, quien quedó al frente de la delegación diplomática tras la partida de Noah Mamet.
El acercamiento al organismo norteamericano para trabajar de manera conjunta fue uno de los primeros pasos de Bullrich en Seguridad, quien hace un año atrás, en los comienzos del gobierno de Mauricio Macri, viajó a los Estados Unidos, donde mantuvo un encuentro con el director de la DEA, Chuck Rosenberg.
En esa oportunidad, el funcionario norteamericano celebró que ambos países se encaminaban a “reconstruir su relación”.
Esta coordinación entre los países en la lucha contra el tráfico de drogas se enmarca además en la política de endurecimiento de los controles migratorios que lleva adelante el Gobierno. A fines de enero, Bullrich había dicho que la “concentración de extranjeros que cometen delitos de narcotráfico” era una “preocupación” para el Gobierno y apuntó a tres países, Paraguay, Perú y Bolivia, con los que era necesario “ordenar las relaciones”. Los dos primeros tienen representantes en el encuentro del South American Working Group.