Según especifica un documento ruso, esta medida ayudará a atraer mayor inversión y a “formar nuevas cadenas tecnológicas” en el país. Los beneficios se aplicarán en la compra de instalaciones, en preferencias fiscales, en créditos bonificados y en la exención de inspecciones regulares.
Además, los beneficios máximos anuales permitidos para las medianas empresas es de 2.000 millones de rublos (31,4 millones de dólares) y para las pequeñas empresas de 800 millones de rublos (12,5 millones de dólares).
Según el Ministerio de Desarrollo Económico, en Rusia existen 103.000 pequeñas empresas con participación extranjera, de las cuales 89.400 empresas tienen una participación de capital extranjero superior al 49 por ciento.
“Este es un gran paso para la mejora de la pequeña y mediana empresa. Estoy seguro de que esto estimulará la actividad empresarial y el registro de nuevas empresas”, comenta Emil Martirosián, profesor del Instituto de Negocios de Administración Empresarial de la Academia Presidencial de Economía Nacional y Administración Pública.
Sucede que este Ministerio ha propuesto esta tarea a la Cámara de Industria y Comercio, una asociación de empresarios que trabaja estrechamente con socios extranjeros, la cual aceptó la oferta, aunque no con mucho seguridad, ya que “se trata de un volumen enorme de trabajo”, comenta a RBTH la vicepresidenta de la Cámara de Industria y Comercio, Elena Dybova.
La propuesta del Ministerio de Desarrollo Económico desempeñará un papel verdaderamente importante en el ámbito macroeconómico gracias a la estimulación de la inversión, opina el analista de Finam Timur Nigmatullin. “Si observamos los índices de inversión en capital fijo, vemos que llevan dos años seguidos cayendo. En 2015 cayeron en un 8,4 por ciento, y en 9 meses de 2016 se redujeron en otro 4,3 por ciento”, señala el experto.
Según Nigmatullin, los principales beneficiarios del plan de ayudas serán las empresas del sector agrícola.