El Gobierno nacional se dispone a acelerar el proceso de instauración del voto electrónico que ya se utiliza en las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, en Salta y en algunos pocos distritos más del país.
El secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, adelantó que el uso de la panacea será la “boleta única digital, que va a terminar con los sistemas distorsivos, como las colectoras, e incorporar nuevas tecnologías y cuerpos informáticos de control a la justicia y al Estado para auditar mejor los procesos electorales”.
Además, dentro de una reforma política más amplia, el Gobierno plantea unificar los calendarios electorales, instaurar como obligatorios los debates entre candidatos presidenciales, establecer reglas para el uso de la cadena nacional para los presidentes en tiempos de campañas electorales. Lo que no lograron aún los funcionarios ministeriales fue el acuerdo con el resto de los partidos para implementar un organismo autónomo, que reemplace a la Secretaría electoral, por lo que aún no será implementado.
Hasta ahora, los funcionarios del ministeriose reunieron con algunos de los apoderados de los 42 partidos nacionales que hay en el país, con la esperanza de que se comience a discutir en el Congreso después que se apruebe la Ley de Acceso a la Información Pública. También existieron reuniones con integrantes de la Secretaría Nacional Electoral, tras las cuales ya se elaboró un borrador que se comenzará a discutir la semana próxima con las autoridades partidarias. Cuando culmine esta etapa, en los primeros días de mayo, serán enviados los proyectos -ya convertidos en material legislativo- al Congreso.
Pérez defendió el uso de la Boleta Única Electrónica, que se imprime en papel en el momento de votar, así se llamó al menos en la Ciudad, aunque aclarando que su implementación será gradual a partir de 2019. De todos modos, el funcionario traspasó el límite de la ciencia política para adentrrse en la ciencia ficción cuando aseguró que la BUE significará “un aporte en términos de transparencia y agilidad” al momento de votar.
El argumento de las autoridades es que el uso del dichoso mecanismo es que el votante elige su voto en la máquina, pero lo imprime en papel y luego lo deposita en la urna, simulando la elección tradicional. Así, el ciudadano controlaría lo que votó, ya que a continuación las boletas se cuentan manualmente e incluso quedan en disponibilidad para ser recontadas otras veces, si existieran denuncias.
De todos modos, si bien hay fraudes posibles en varias etapas de un comicio, en el voto electrónico éste se puede realizar con un mecanismo de gran sencillez, alterando el chip de radiofrecuencia, que de esa manera anula la voluntad del que votó por alguien determinado y lo obliga a hacerlo por otro o por nadie. Además, se puede “leer” el voto con la misma aplicación. Este fraude, que se puede cometer desde una aplicación insertada en un celular, pasa desapercibido tanto para el votante como para las autoridades electorales más próximas al público, que son los presidentes de mesa y los fiscales. Para evitarlo, debería implementarse en todos los centros de votación un sistema conocido como “Jaula de Faraday”.
Las autoridades dijeron que “a diferencia del voto electrónico, la máquina vot.ar no almacena la información de voto sino que la registra e imprime en una boleta que luego se deposita en la urna”, pero para muchos expertos el sistema sí es un voto electrónico debido a que para ser implementado es imprescindible el uso de computadoras.
Las autoridades afirman que la computadora no es una “urna Electrónica”, sino que las boletas se imprimen y se depositan en una urna física. Sus detractores, mientras tanto, aseguran que el cambio de nombre -es decir, llamar Boleta Única Electrónica a lo que es un voto electrónico- es sólo una argucia legal, ya que hasta la propia empresa que creó el sistema lo denominó como voto electrónico. Incluso, la patente obtenida por Magic Software Argentina lleva el título de “Método de Voto Electrónico” e incluso las boletas llevaban esa leyenda al principio.
Antes, en Noticias Urbanas se han publicado en varias ocasiones las explicaciones pertinentes, en esta ocasión sólo será necesario decir que el voto electrónico está prohibido en algunos países que lo implementaron anteriormente, especialmente porque sólo puede ser auditado por expertos en electrónica y no por el público sin conocimientos profundos en la materia. Algunos de estos países son Irlanda, Reino Unido, Alemania, Finlandia y Holanda.
Por su parte, en Estados Unidos, Brasil, Venezuela y Filipinas, adonde el voto electrónico se utiliza actualmente, las denuncias posteriores ante cada elección son una constante. Las autoridades de estos países se encuentran en un trabajo permanente de evaluación, de incierto desenlace.