El próximo martes 24 de octubre, el Gobierno nacional, a través del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), concretará en el Centro Cultural Kirchner (CCK) la subasta de las bandas de frecuencias para el despliegue, desarrollo y prestación del servicio de quinta generación (5G), a partir de la cual se esperan recaudar alrededor de 1.050 millones de dólares.
Al proceso de licitación se presentaron tres empresas prestadoras (Claro, Movistar y Personal), que ya presentaron las garantías de ofertas y resultaron precalificadas como oferentes, por lo que el mecanismo de asignación se encuentra muy avanzado.
El proceso licitatorio fija la atribución de la banda de frecuencias comprendida entre 3.300 y 3.600 MHz al servicio móvil terrestre con categoría primaria. En este llamado, se someterán al procedimiento de subasta un total de 300 MHz, en tres lotes de 100 MHz cada uno.
“Este procedimiento y el valor base se encuentran alineados con experiencias internacionales de licitaciones de espectro que han resultado exitosas para los Estados nacionales y guardan relación con procedimientos anteriores establecidos en el país para adjudicaciones de espectro radioeléctrico”, apuntaron desde Enacom.
Además, sostuvieron que “el despliegue de 5G constituye una política de Estado de mediano y largo plazo que requiere la colaboración virtuosa entre el sector público y el sector privado, entre inversiones para la renovación de la infraestructura de redes que realizarán las empresas y el Gobierno para permitir su comercialización con una competencia justa y precios accesibles para las y los usuarios”.
Se trata de un proceso que se viene trabajando hace meses y que finalmente llegará a su fin, en momentos en que el Gobierno necesita de recursos de manera urgente para intervenir en el mercado cambiario.
La fuerte suba del dólar blue esta semana fue motivo de atención por parte del ministro de Economía, Sergio Massa. Si bien es cierto que el del dólar blue es un mercado informal, marca expectativas que luego tienen su impacto en la inflación. Allí es donde radica el verdadero daño del salto en el precio del billete que se mueve en las “cuevas” y que luego es utilizado como referencia en otros sectores. Uno de ellos, muy sensible, el acuerdo de los precios de los alquileres de vivienda.