Si bien todos los actores que los realizan reconocen por lo bajo que los cortes de calle y los piquetes no son ya tan efectivos como antes, aún los siguen realizando como forma de protesta generalizada.
Frente a ese panorama, y con el Protocolo Antipiquetes aprobado, la Ciudad tomó la decisión de, por el momento, no avanzar en desalojarlos.
Las autoridades entienden que desalojar un piquete no es una solución sino por el contrario, aumenta la conflictividad social. Por ello, por ahora no aplicará el polémico protocolo promovido por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Según estimaciones en la city porteña hay un promedio de 3 piquetes por día. La Ciudad solo se preocupa en la actualidad por acompañar la protesta con presencia policial por si surge un conflicto, por prevención, pero no para más que eso.
A la par, se realizan denuncias contra los líderes que llevan adelante la protesta, y aunque ese mecanismo no mostró aún resultados, creen que por el momento es el único posible.