El ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, hizo este martes un pedido especial a los hinchas que concurrieron a ver a los jugadores de la selección campeona del mundo, para evitar avalanchas y accidentes.
“A diferencia de otros festejos, acá hay un micro y lo que tenemos que evitar son avalanchas y situaciones que puedan poner en riesgo la integridad física de las personas. La gente tiene que entender además que hay varios lugares en donde puede saludar a los jugadores y no hace falta que vayan todos juntos al Obelisco, donde ya hemos tenido algunas situaciones de vandalismo”, informó el funcionario.
D’Alessandro explicó además que la caravana tendrá ida y vuelta: esto quiere decir que los simpatizantes pueden elegir cualquiera de estos dos momentos para saludar a la jugadores y estar cerca de la Copa del Mundo: “Salen del predio de la AFA, hacen el circuito por el Obelisco y vuelven nuevamente al predio”.
“Apelamos a la responsabilidad personal para que las personas no pongan en riesgo su seguridad ni la de terceros. Insisto: la gente tiene que entender que el Obelisco no es el punto para ver a la Selección, sino que va a haber un recorrido”, reiteró.
“No hay escenario, no hay postas, no hay paradas; la idea es que el micro no pare. La gente debe distribuirse en el recorrido y no tienen que ir todos al centro”, insistió.
El pedido de D’Alessandro tiene una explicación: miles de personas se encuentran en esperando al micro. En medio de tanta excitación, ya hubo desbordes. Un grupo de personas rompió con una maza la puerta del Obelisco e ingresó al histórico edificio, algo que no está permitido. Destruyeron dos candados y vulneraron la soldadura. Además, hubo peleas por el “control” de la zona.
También se pueden ver cientos de personas subidas a los techos de las paradas del Metrobus, algo que es muy peligroso. El domingo pasado, un joven cayó desde las letras BA que están en el microcentro y terminó internado con muerte cerebral. Además, la Policía de la Ciudad intervino para bajar a fanáticos que se habían situado en la histórica pérgola del Teatro Colón.