El saldo de la balanza comercial no trae buenas noticias para la Argentina, que busca la manera de recomponer la reserva de dólares. El lunes el Indec informó que en julio hubo déficit comercial por segundo mes consecutivo, de -US$437 millones; las exportaciones crecieron un 7,2% interanual contra un incremento del 43,7% en las importaciones.
En ese marco, el Gobierno anticipó que avanzará con un paquete de medidas tendientes a “cuidar” los dólares, administrando con mayor rigurosidad el flujo de importaciones. “No son restricciones, es un ordenamiento”, señalaron fuentes de Economía.
La medida apunta a evitar perder más dólares luego de que la agencia nacional de estadísticas informara el lunes que el déficit comercial del país se amplió en julio a US$437 millones. Consultores privados estiman que las llamadas reservas netas del país –sus activos disponibles, menos el dinero que debe– se redujeron a menos de US$2.000 millones.
Por un lado, el Gobierno buscará restringir las importaciones que hacen las empresas de servicios como fletes y software. Para eso, la AFIP hará una evaluación de la “capacidad económica” de las empresas y definirá si la importación que solicitan es acorde, un trámite que hasta el momento no rige para las compras al exterior de servicios pero sí para los bienes.
Según fuentes oficiales, las importaciones de servicios tuvieron un aumento significativo en los últimos meses y sumaron US$5.500 millones en el primer semestre. “No es ilegal contratar servicios en el exterior, lo que no queremos es que se hagan maniobras de sobrefacturación”, subrayaron.
Por otro lado, el gabinete que conduce Sergio Massa definió dejar a un grupo de más de 30 bienes de consumo fuera del régimen de compras automáticas. Es decir, que a partir de la entrada en vigencia de la medida deberá tramitar uno a uno el permiso.
Además habrá un control más estricto para las importaciones vinculadas a exportaciones posteriores. Economía modificará el régimen de admisión temporal (instalado por el decreto 1330/2004, del entonces presidente Néstor Kirchner), que permite a las empresas tener acceso al dólar oficial para comprar insumos en el extranjero que necesitan para la producción de bienes exportables.
La intención es que se acorte el plazo que se otorga entre el permiso de la importación y la obligación de exportar, que actualmente es de hasta 720 días (360 más una prórroga equivalente) y podría achicarse a 240 días (120 más una prórroga equivalente).
Según cálculos oficiales, este régimen generó en la primera mitad del año importaciones por más de US$3.000, un número mucho mayor al del mismo período de 2021. US$1.600 millones fueron porotos de soja que se importaron mayormente de Paraguay para su industrialización en el país.
Con estas medidas el Gobierno apunta a administrar mejor un flujo de importaciones equivalente a US$7.000 millones anuales, que puede incluir irregularidades o responder a conductas especulativas vinculadas a la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación.
Algunas de estas medidas serán puestas en marcha a través de resoluciones de la Secretaría de Comercio, que encabeza Matías Tombolini y que en el nuevo esquema del gabinete vuelve a tener facultades sobre la administración de las compras al exterior.