El Gobierno revocó la designación de Alonso Sainz como embajador en España

El Gobierno revocó la designación de Alonso Sainz como embajador en España

Una antigua denuncia y la aparición de un postulante libertario lo complicaron.


Todo parecía definido el pasado 17 de diciembre, cuando Alejandro Alonso Sainz fue invitado a asumir la máxima posición en la Cancillería. La propuesta contemplaba su regreso a España, donde ya había ejercido como cónsul general y comercial en Barcelona durante ocho años. Sin embargo, esta vez le ofrecían el puesto de embajador en dicho país, sustituyendo a Roberto Bosch, quien fue removido de su cargo mediante decreto a comienzos de diciembre.

Sin embargo, veinte días tras el anuncio formal en redes sociales, se descartó el nombramiento de Alonso Saiz. Altas fuentes diplomáticas revelaron a este medio que Alonso Sainz rechazó el puesto “por razones personales”. De esta manera, la embajada seguirá bajo la responsabilidad del encargado de negocios, Pablo E. Virasoro, hasta que se nombre a un nuevo candidato.

Un conflicto gremial de vieja data del postulado en tierras españolas, una supuesta denuncia por maltrato archivada y la aparición de un candidato alternativo con sello libertario asomaron como razones de peso para la frustrada designación. “No pasó los filtros correspondientes”, indicaron desde Cancillería.

Con conocimiento del terreno y experiencia diplomática, Alonso Sainz recibió en su momento el ofrecimiento del canciller Gerardo Werthein y del secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, su mano derecha en la reorganización de la Cancillería. Pero según recuerdan conocedores de la trama, durante la gestión de Ricardo Alfonsín en la embajada en Madrid y con Santiago Cafiero en la Cancillería, Alonso Sainz tuvo un conflicto con los empleados locales del consulado en Barcelona, que le solicitaban aumento en sus salarios e incluso llegaron a tomar medidas de fuerza en ese reclamo, lo que derivó en una mediación del Ministerio de Trabajo español.

También habría habido roces y hasta una supuesta denuncia por acoso laboral presentada a la oficina de género por una exempleada del cuerpo diplomático en el consulado en Barcelona, hoy a cargo de Rossana Cecilia Surballe, quien llegó en el final del gobierno de Fernández. “A Alonso lo quisieron perjudicar de modo intencional, los de La Cámpora motorizaron las denuncias”, lo defienden referentes de la diplomacia que tienen un buen concepto de Alonso Sainz.

Más allá de que los conflictos no llegaron a una pena concreta contra Alonso Sainz, y fuentes diplomáticas dentro y fuera de España aseguran que fue archivada, lo rumores de su existencia motivaron resquemores en el Palacio San Martín. Para colmo, y ni bien se decidió la salida de Bosch, en la sede diplomática en Madrid comenzó a hablarse de Alejandro Nimo, actual agregado especializado en Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, como su eventual reemplazo.

Autodefinido como “menemista, mileista y anarcocapitalista”, Nimo se considera también discípulo de Jesús Huerta de Soto, el catedrático español que conduce la escuela austríaca en la capital ibérica. Huerta de Soto es uno de los intelectuales más admirados por el Presidente, con quien se mantiene en contacto desde bastante antes de llegar a la Casa Rosada.

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