El ministro de Hacienda de la nación, Hernán Lacunza, es uno de los funcionarios de Mauricio Macri que dejará el gobierno con mejor imagen. Es uno de los menos golpeados por el desastre económico de la gestión macrista. Frente a eso, Lacunza se refirió este jueves a las primeras medidas que deberá tomar el Gobierno de Alberto Fernández. Y llamativamente coincidió con algunas de las acciones que tomará el nuevo Gobierno.
El ministro de Hacienda aseguró que “el reperfilamiento de la deuda hay que hacerlo rápido y de forma voluntaria” y que la emisión monetaria que podría encarar la próxima gestión económica “no va a ser traumática, ni inflacionaria, en la medida que haya un programa económico consistente detrás”.
Lacunza además recalcó que “su obligación es hablar con los referentes del Frente de Todos, cuanto mejor termine este gobierno, más recursos van a quedar para el próximo”.
Lacunza también analizó la gestión del Gobierno saliente
Luego hizo un anaílis de la gestión del oficialismo saliente. “Esta gestión tuvo luces y sombras como todo Gobierno. Exagerarlas no contribuye a un diagnóstico serio. La fachada de la casa tiene deterioros en materia de bienestar. No conseguimos los resultados que esperábamos en materia de pobreza e inflación”, sostuvo Lacunza en una entrevista con La Rosca.
“Pero esta casa que tiene una peor fachada, tiene mejores cimientos: el déficit fiscal es la mitad del que recibimos, vamos a terminar con equilibrio primario y externo, la relación con el resto del mundo está equilibrada, hay un tipo de cambio competitivo, tarifas reguladas y corregidas, provincias con superávit y menos impuestos que en 2015. Hay mejores condiciones en esa casa para conseguir un bienestar en el futuro”, agregó.
Y aclaró que el Gobierno llegó al fin del mandato “con reservas suficientes para tener un espacio para negociar”. Según informó, las reservas totales dejadas por esta administración van a rozar los 45 mil millones de dólares.
“Si hubiera que pagar deuda exclusivamente con reservas, hay para cinco o seis meses, tiempo más que suficiente para negociar la deuda. No es tanto un problema de solvencia como de liquidez, por lo cual a nuestro juicio hay que hacer más hincapié en los plazos que en el monto o eventuales quitas”, recalcó.