El senador nacional Mariano Recalde y el líder de la UTEP, Juan Grabois, manifestaron sus dudas por el respaldo a último momento que consiguió Guillermo Francos en el Senado para conseguir el dictamen de la Ley Ómnibus. Los dirigentes coincidieron a la hora de especular sobre qué pudo haber pasado en las negociaciones entre el jefe de Gabinete y los legisladores que decidieron acompañar a pesar de que habían manifestado críticas al proyecto: “Si acá no hay una Banelco, pega en el palo”.
El miércoles, alrededor de las 20, el plenario de comisiones había terminado con el pedido de un cuarto intermedio. Para ese momento, el oficialismo no tenía los votos suficientes. Sin embargo, después de que llegara Francos al Senado y mantuviera distintas conversaciones, la discusión se destrabó. “Si hicieron un cambio no sabemos cuál es, no sabemos qué vamos a votar, no conocemos el nuevo dictamen”, se quejó el senador camporista.
Recalde aseguró que tiene sospechas sobre las negociaciones: “Hay un montón de mecanismos y no descarto que haya corrupción. No descarto, como sucedió en otras épocas en el Senado, la existencia de la Banelco o cosas más oscuras”.
Grabois usó el mismo ejemplo. “Hay cosas que llaman la atención. Si vos sabés cuáles son los intereses que defendés y tenés las convicciones firmes, te podés reunir con cualquiera en cualquier lado. El problema es cuando se ve en los hechos que no estás defendiendo los intereses que decís defender”, sostuvo el dirigente y agregó: “Si acá no hay una Banelco, le pega en el palo”.
Hablan de "modificaciones" en la Ley Bases. La mayoría son maquillaje. Y en el caso de la reforma laboral, son cambios para peor! Los expuse en la comisión.👇🏼 pic.twitter.com/NoZCFYNJSy
— Mariano Recalde (@marianorecalde) May 30, 2024
El kircherismo revive el escándalo de las coimas en el Senado
Recalde y Grabois revivieron el escándalo de las coimas en el Senado, uno de los casos de corrupción más mediáticos de la Argetina. Durante el tratamiento por la Ley de Reforma Laboral, el gobierno de Fernando de la Rúa quedó bajo la mira por el supuesto pago de sobornos a senadores del Partido Justicialista.
La explosión mediática del escándalo fue un detonante en la renuncia del vicepresidente, Carlos “Chacho” Álvarez, y significó un quiebre interno en el gobierno.
El caso se extendió en el tiempo y, en 2003, el secretario parlamentario Mario Pontaquarto aseguró en la revista TXT que había participado en la operación para sobornar a los senadores a través de la Secretaría de Inteligencia (SIDE). La periodista María Fernanda Villosio, que cubrió el esçandalo sostuvo que las negociaciones se definieron en el despaño presidencial. De todas formas, la Justicia resolvió absolver a todos los acusados y argumetnó que no se pudieron encontrar pruebas.