La jueza María Servini de Cubría aseguró este viernes que “hay llamados entre algunos narcos y la Casa Rosada”. En declaraciones a Radio Mitre, la jueza aclaró a quiénes se refería específicamente: “Me refiero a personas que trabajaban en la Sedronar y los hermanos Zacarías”.
Según dijo, como la causa está dividida en múltiples causas, es más difícil de investigar. “La Sedronar hacía las denuncias y las hacía todas en un lugar distinto. Eso dificultó la investigación”.
“El narcotráfico tiene que tener el apoyo de adentro de alguien que sea importante, sino enseguida la policía los localizaría a los narcotraficantes. Pero también tienen que tener apoyo de fuerzas de seguridad porque es fácil sino poder detectar”.
A lo que agregó: “Es muy difícil investigar una causa de narcotráfico, porque hay presiones de todos lados. Distintos tipos de presiones: amenazas, los abogados se enloquecen. Llevo 24 años de juez federal, he vivido momentos muy difíciles, pero éste es un momento muy difícil para la Justicia”.
Máximo Rito Zacarías, un empleado del PAMI, quedó más complicado ante la Justicia después de que un ex trabajador de la secretaría antidrogas lo acusara de interesarse en la importación de 1000 kilos de efedrina. El dato no sería tan importante si no fuera porque el acusado forma parte de una familia con vínculos directos con el Gobierno.
Zacarías es hermano de Miguel Zacarías, que era secretario privado del ex titular de la secretaría antidrogas José Granero, acusado de ser partícipe en el tráfico de efedrina por el descontrol que primaba en el registro de precursores químicos.
Además, es hermano de Rubén Zacarías, ex jefe de Protocolo de la Casa de Gobierno, y de Luis Zacarías, que trabaja en la Secretaría Privada de Cristina Kirchner, según reveló el diario Clarín.
Servini de Cubría indagó a un ex empleado del registro de precursores químicos, Pedro Lucas Paradelo, quien registra casi una veintena de comunicaciones con el Servicio de Comunicaciones de la Casa Militar, casi diez llamadas de otros tres abonados distintos de Presidencia de la Nación y uno de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Estas llamadas coinciden con fechas en que se presentaban en el registro de precursores autorizaciones para importar efedrina.
Paradelo también registra tres llamadas telefónicas con Sandra Oyarzábal, asesora de Granero en la Sedronar, y luego empleada de Farmacéuticos Argentinos SA, un laboratorio investigado por traficar efedrina. Ella es pareja de Alfredo Abraham, otro empresario investigado por esta maniobra.
Una vez que desde la Sedronar se comunicaban con un teléfono de Presidencia, cortaban y llamaban a Paradelo en coincidencia con la aparición de trámites de importación, dijeron fuentes judiciales a La Nación. Este jueves, cuando el escribano fue indagado, justificó las comunicaciones por razones laborales, pero cuando le preguntaron por los Zacarías, Paradelo señaló que Máximo Rito Zacarías, que trabajaba en el PAMI, se interesó en importar 1000 kilos de efedrina.
Servini procesó a José Granero -titular de la Sedronar hasta 2011-, a Gabriel Abboud -ex subsecretario de ese organismo- y a Julio De Orué -ex director del Registro de Precursores Químicos de la Sedronar- por considerarlos partícipes primarios del delito de “haber introducido al país materias primas destinadas a la fabricación de estupefacientes y alterado su destino de uso”. También procesó a tres responsables farmacéuticos de Droguería Saporiti, Droguería Libertad SA y Unifarma SA, tres de las empresas que importaron la efedrina y luego la habrían vendido al mercado negro. Ahora investiga a los Zacarías.