Las clases presenciales en las escuelas del país no es un tema más, es el talón de Aquiles de un Gobierno que sigue dando giros inesperados en su intento de no derrapar en el sinuoso camino hacia las elecciones legislativas de este año.
También lo es en cuestiones relativas a su imagen: esto ha dejado expuestas las internas dentro del Gobierno nacional y, por supuesto, con el Gobierno de la Ciudad.
Esta exposición no solo emerge de las contradicciones entre las palabras del presidente Alberto Fernández y el ministro de Educación, Nicolás Trotta, sino también -y en especial- de los números.
Números que delatan
Según el Ministerio de Educación, se han registrado sólo casos de contagio de coronavirus en el 0,16% de las y los alumnos y en el 1,03% de los docentes en una muestra de 5.926 escuelas.
Y mientras desde esa cartera aseguran que el sistema de “burbujas” es eficaz en la prevención de contagios y que servían como centros de detección temprana de casos positivos, Alberto Fernández informó en cadena nacional que tomó la decisión de frenar la presencialidad en las escuelas ante el aumento exponencial de la ola de contagios. Trotta se enteró de las nuevas medidas oficiales por televisión como el resto de la población argentina.
Con esto, el Presidente chocó de frente contra lo que sus propios ministros venían asegurando al respecto de la continuidad de la escolaridad presencial y hasta con las recomendaciones científicas nacionales e internacionales: “Tenemos 25 mil casos diarios, no podemos esperar”.
En conferencia de prensa, el viernes, Alberto Fernández explicó que su decisión se debe a la emergencia sanitaria y “al aumento de contagios desde que se reanudaron las clases”. Es decir, versiones encontradas, la cuales no terminan allí: el secretario adjunto del gremio docente Ademys, Jorge Adaro, refutó también estas cifras, en comunicación con Noticias Urbanas: “No hay manera de constatar los datos que aporta el Gobierno sobre la cantidad de contagios en las aulas, tendríamos que confiar en sus cifras, pero eso resulta imposible. Basta con ver cuántas burbujas aún no se rompieron”.
Asimismo, Adaro relativizó las cifras oficiales al cuestionar qué situaciones contabiliza el Ministerio y cuáles otras deja afuera del cálculo: “Hay que ver qué situaciones contabilizan, porque viajar como se viaja hoy en el transporte público es una invitación al contagio. Las condiciones de la situación pandémica hace que esos números no sean creíbles”.
“La realidad que nosotros vemos es que en cualquier escuela de la Ciudad se puede ir y preguntar si desde el momento en que se iniciaron las clases, han podido mantener activas las burbujas de manera ininterrumpida. Todos los días son muchas las burbujas que quedan aisladas”, observó.
En ese sentido, el entrevistado también señaló que no sólo hay que tener en cuenta a las y los infectados de Covid que irrumpen las burbujas en las escuelas, sino también a quienes se ausentan “por aislamiento preventivo ante posible Covid y por contacto estrecho con un caso detectado”.
Más números que delatan: de las más de 45 mil burbujas fue necesario aislar a 945 por casos sucedidos en los grupos educativos, un 2,1% del total frente al 1,09 del primer mes de clases.
“Lo que estamos trabajando ahora es tomar los propios datos del Gobierno, que plantea un número de 5.006 casos de Covid en las escuelas de la Ciudad, pero lo interesante de eso para el marco de la discusión actual es que reconocen 1.200 en el primer mes y un incremento del 400% en el segundo mes”, remató Adaro.
De esta manera, el manejo descuidado de la información excede a las interpretaciones personales.
El show de la demanda
A las 10 de la mañana de este viernes en la quinta de Olivos, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se reunió con Fernández, exactamente 10 minutos después de haber presentado ante la Corte Suprema de Justicia un amparo para impedir la disposición del Presidente de suspender las clases presenciales en su territorio.
“No hay razón sanitaria que justifique, en este momento, suspender las clases presenciales. La educación presencial no genera mayores contagios”, es la versión de Larreta para defender la continuidad de la educación en las aulas.
Sin embargo, a pesar de que la “demanda” del alcalde porteño generó un gran revuelo político y mediático, se ha llamado a una mediación, apelando al diálogo que podría haberse gestado con tan sólo esperar 10 minutos más a que comenzara la reunión en Olivos.
Como dije ayer: voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que los chicos y chicas vayan a la escuela el lunes. Lo primero, fue pedirle al Presidente una reunión para expresarle mi desacuerdo con la decisión de suspender las clases presenciales y fundamentarle mi posición.
— Horacio Rodríguez Larreta ✋🏼🧼🤚🏼 (@horaciorlarreta) April 16, 2021
Con esto, Larreta sacia la sed de su electorado, que mayormente rechaza las medidas del Gobierno nacional. Si de algo ha sacado provecho la imagen positiva de Rodríguez Larreta es del manejo de la pandemia en el ámbito porteño, dejándolo en la cima de las encuestas y superando la imagen del actual Presidente. Así, Larreta no sólo repite la fórmula, sino que la redobla.
“Larreta ayer estaba muy exaltado”, decía Alberto Fernández este viernes en su conferencia. Y es que es la oportunidad del Jefe de Gobierno de echar más leña al fuego político que ilumina su camino hacia los comicios del 2023.
Este es un año electoral, donde la oposición deberá poner todas sus fuerzas y jugar todas sus cartas para sumar diputados y senadores dentro del Congreso nacional, donde la mayoría del oficialismo les deja un campo de acción reducido. La educación es el tablero donde harán sus mejores jugadas para ganar en octubre.
Mirá la conferencia del presidente Fernández dada este viernes sobre la situación de las escuelas:
Y la de el Jefe de Gobierno porteño: