Desde hace más de tres años que es usual caminar por la Ciudad de Buenos Aires y encontrarte con un rincón que te recibe con una guirnalda de luces, asientos altos y mesas largas para compartir, un canasto de pochoclos salados o maní pelado y una cerveza bien fresca. Las cervecerías artesanales llegaron para quedarse: es una industria que innova y se reinventa pasos agigantados.
Este sábado se conmemoró el Día del Cervecero, en referencia al día que se creó el sindicato en Argentina. La celebración abarca para todos los trabajadores de esa industria y ¿qué mejor manera que festejar que alzando una pinta bien fresca en este verano?.
Noticias Urbanas dialogó en exclusiva con Martín Boan, sommelier y director del Centro de Cata de Cerveza, la primer escuela en Argentina en materia cervecera ubicada en la calle Humberto Primo 670, en San Telmo, y donde también funciona Bier Life: “Allí damos cursos de elaboración, estilos, sommelier y degustación. Todo focalizado a la gente que quiere aprender de verdad, que busca el profesionalismo. Somos una de las artífices en este cambio de cultura que sucedió en el país y la gran mayoría de las cervecerías han pasado por nuestra institución”, explicó el especialista y aseguró que “hemos aportado nuestro granito de arena para que todo cambie, crezca, mejore la calidad y siempre se estén buscando las buenas cervezas”.
Catar una cerveza parece una tarea fácil, pero no lo es. El director del Centro de Cata explicó qué cuestiones hay que tener en foco al momento de llevar adelante la práctica: “Conviene que tenga una temperatura fresca, para que pueda disfrutarse mejor. Sentir el aroma, beber un pequeño sorbo, que en la boca se sienta limpio y agradable. Y que aunque no te des cuenta, la copa se vacíe sola”. El ingeniero químico además le contó a NU que “la prueba de fuego está en su aroma, justamente: si al sentirlo es rico, entonces habla muy bien de la cerveza, porque te invitan a seguir tomando y a disfrutarla”.
“El público consumidor a veces no sabe expresarse, pero en el fondo sabe si una cerveza es buena o no, algunos más que otros. Si dejan el vaso por la mitad, no habla bien de lo que estás tomando. Por otro lado, si una ‘birra’ es buena, te puedo asegurar también que el barril se vacía rápidamente en el lugar y cuando es buena cuesta más”, explicó Boan.
NU le consultó al especialista y sommelier cómo se sabe cuando una cerveza es buena o mala: “Es importante que no tenga trazas de vinagre, porque así estaría contaminada, insisto en el tema de que tiene que tener un aroma fresco y que no esté extremadamente turbia. Que el final en la boca no te obligue a comer algo para limpiarla. Después de un sorbo te tiene que quedar agradable, entonces eso va a hablar muy bien de la cerveza. A nivel internacional, los jueves se fijan muchísimo en eso que es la tomabilidad. No se trata de beber mucho, sino que pase de manera fácil. Hay estilos que por su graduación alcohólica te invitan a tomar más. Pero por otro lado, el cuerpo te dice ‘no’ por el alcohol. Lo ideal es beber de poco, mojarse los labios y si te encantó el cerebro te va a pedir más”.
Al respecto del boom de cervecerías artesanales, Martín Boan indicó que “se debió al profundo trabajo que se viene haciendo hace años. La gente estaba buscando diversidad de sabores, de estilos, probar y descubrir cosas nuevas. La misma ola que tuvo el vino décadas atrás, ahora le tocó a la cerveza. Y se popularizó mucho porque se le ofreció al consumidor desde diferentes tipos de vasos y de gustos. Esto amplió mucho el espectro. El público estaba muy ávido de degustar nuevas opciones y la oferta importada era nula. Y ahí aparecieron las cervecerías artesanales, para potenciar su mercado”.
“Es algo que además se dio en la región. Comenzó en Estados Unidos y después bajando en todo el continente, incluso en países de otras magnitudes. Por ejemplo, Alemania quedó en la antigüedad por su forma de pensar a la cerveza de manera muy tradicionalista, poco innovadora. Y más allá de Bélgica, Estados Unidos fue el gran artífice. En Argentina miramos mucho mas a EE.UU. y copiamos más sus prácticas antes que sus estilos”, manifestó Boan.
Al ser consultado sobre si Argentina puede llegar a tener el mismo éxito que Estados Unidos, el sommelier subrayó que “es un gran trabajo, pero estamos a mitad de camino. Venimos haciendo las cosas bien, No es fácil por cuestiones económicas, pero se está haciendo muchísimo. Pese a que la economía está flaca, la cerveza artesanal tiene potencial para su volumen”.
Con lo cual, el director del Centro de Cata de Cervezas resumió que se trata de “buscar buena calidad y estilos diferentes. Ofrecerle al consumidor lo que otro lugar no te ofrezca o algo puntual, darle diversidad de estilos, agregarle algún ingrediente natural distinto. Eso marca la diferencia”, cerró.