El papa Francisco continúa en estado “crítico” por una neumonía bilateral pero no hay nueva crisis respiratoria, informó el Vaticano este domingo
Fuentes vaticanas precisaron que el pontífice no recibió una nueva transfusión sanguínea, como el sábado, aunque seguía recibiendo oxígeno y se le habían realizado nuevos análisis cuyos resultados se conocerían por la noche.
El papa, un argentino jesuita que fue electo Papa en marzo de 2013, se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma con bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral.
Su estado empeoró el sábado con “una crisis asmática prolongada, que requirió la aplicación de oxígeno”, según el último parte médico, así como problemas hematológicos que precisaron “la administración de una transfusión sanguínea”.
El pontífice de 88 años, quiso enviar un mensaje tranquilizador, en el texto de la oración dominical del Ángelus.
“Continúo con confianza mi hospitalización (…) siguiendo con los tratamientos necesarios; ¡y el descanso forma también parte de la terapia!”, declaró el jefe de la Iglesia católica en un mensaje escrito en los últimos días, según una fuente vaticana.
Los médicos que se ocupan del papa habían alertado de la fragilidad de su estado desde el viernes por la tarde. “¿Está el papa fuera de peligro? No, el papa no está fuera de peligro”, afirmó el doctor Sergio Alfieri a los periodistas en el hospital Gemelli.
“La situación es cada vez más preocupante”, estimó Fabrizio Pregliasco, un destacado virólogo italiano, citado el domingo por el diario La Stampa. “La edad del Santo Padre, así como los antecedentes de salud, como por ejemplo la bronquitis asmática, podrían haber complicado las cosas y no solo un poco”, agregó.
“Hay que esperar que la terapia antibiótica funcione para evitar el riesgo de septicemia […] que puede tener un desenlace fatal. El papa está sin duda en buenas manos pero las próximas horas y días serán cruciales”, estimó el experto.
Las oraciones por la salud del papa Francisco se repiten ahora desde Roma, en Italia y en Argentina. Líderes religiosos y políticos dijeron que están rezando por el papa, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que fue “informado” de la situación, según la Casa Blanca.