La jueza federal, Sandra Arroyo Salgado, la exesposa de Alberto Nisman, visitó al papa Francisco, acompañada por sus hijas, Iara y Kala. Recibieron su saludo en el marco de la Audiencia General que se realiza en el Vaticano. Fue el primer encuentro del Sumo Pontífice con la familia del fallecido exfiscal de la causa AMIA.
“Fue un encuentro conmovedor y reparador. Nos transmitió que siempre rezó por la memoria de Alberto Nisman y por mis hijas. Le pedí que siguiera rezando para llegar a la verdad”, aseguró Arroyo Salgado.
El cara a cara se dio a las 7:50 (hora de Argentina), cuando el líder de la Iglesia Católica pasó por el sector donde suelen agruparse los ciudadanos argentinos que visitan la Santa Sede. “El Papa sabía que Arroyo Salgado y las hijas de Nisman estaban en el lugar”, señaló Andrés Beltramo, un corresponsal.
Previamente, la Jueza Federal y sus hijas participaron en numerosos actos para recordar la figura de Nisman. Uno de ellos fue el que tuvo lugar en el centro que homenajea a las víctimas de los atentados contra la embajada de Israel y la mutual judía, ocurridos en Buenos Aires en 1992 y 1994, respectivamente.
“Estoy emocionada, agradecida, es reparador después del sufrimiento de mis hijas por la pérdida de su padre, en el contexto en que sabemos que ocurrió, y por todo el sufrimiento posterior que tuvimos, toda esa campaña de ataque, intimidaciones y desprestigio a su memoria”, afirmó Arroyo Salgado.
Además, reconoció que durante el diálogo con el Pontífice no se “profundizó” en las circunstancias de la muerte de Nisman porque “no era el ámbito, no correspondía”. “Creo en Dios, tengo formación religiosa, no soy practicante; íntimamente nosotros logramos procesar este hecho y la convicción que teníamos con mis hijas sobre lo que había ocurrido con su papá pudo probarse en el expediente. Creo que vamos a llegar a la verdad”, agregó.
Por último, sentenció: “Creo en la Justicia divina, y en la justicia de los hombres, de la que formo parte”.