CABA: Una reelección cantada
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el Código Electoral sancionado en octubre de 2018 le otorgó la facultad al jefe de Gobierno de fijar la fecha de su elección distrital en sintonía con la de la Nación.
Horacio Rodríguez Larreta unificó las fechas de las PASO y de la elección ejecutiva y legislativa con las nacionales. La jugada le salió redonda, ya que el domingo fue reelecto en su cargo, con el 55,90 por ciento de los votos, postergando las aspiraciones del candidato del Frente de Todos, Matías Lammens, que hizo sin embargo una gran elección, obteniendo el 35,06 por ciento de los sufragios emitidos.
Casas no pudo conseguir otra reelección
El caso de La Rioja es totalmente diferente. El actual gobernador, Sergio Casas convocó el 27 de enero último a un referéndum, con la esperanza de que los riojanos respaldaran su tercera candidatura para ocupar la Gobernación. Casas fue, entre 2011 y 2015, vicegobernador de Luis Beder Herrera, a quien sucedió ese último año como gobernador.
Realizado el referéndum, que fue favorable a Casas, a pesar de la baja afluencia de votantes, la oposición acudió a la Corte Suprema de Justicia para que vetara esta posibilidad, accediendo y el tribunal a su petición. Así, la Corte suspendió las elecciones, que se iban a realizar el doce de mayo. Finalmente, Casas acordó con el PJ que el exintendente de la capital riojana fuera el candidato a gobernador y el domingo Ricardo Quintela ganó la elección con el 40 por ciento de las voluntades populares, liderando a un peronismo dividido, ya que el exgobernador Beder Herrera también se postuló, obteniendo algo menos del 20 por ciento de los votos. El exministro de Defensa nacional, el radical Julio Martínez, fue el segundo, con un 25 por ciento de los votos.
Entretanto, las curiosidades de la jornada incluyeron que Sergio Casas fuera electo como diputado nacional, aunque en ese rubro triunfó el voto en blanco, que superó su porcentaje comicial. La otra curiosidad fue una sorpresa: la senadora radical Inés Brizuela y Doria ganó la intendencia de la capital riojana frente a la diputada impuesta por Casas, Teresita Madera. La victoria fue muy ajustada, por un punto apenas.
Vidal: perder por unificar
El exministro de Economía, Axel Kicillof, fue el gran triunfador de la jornada dominical, más allá de la victoria del peronismo, que ubicará a Alberto Fernández nuevamente en la Casa Rosada.
Le tocaba enfrentar a una de las figuras principales de Cambiemos, la gobernadora María Eugenia Vidal, que llegaba ungida por su gestión como vicejefa de Gobierno porteña y por haber creado una imagen de sí misma que la mostraba como una gestionadora eficiente y como una persona a la que no le tiembla el pulso frente a los problemas.
A ésta no la ayudó, ni la política económica de Macri, que golpeó de manera impiadosa al Conurbano bonaerense, ni haber cedido a la presión de hacer coincidir la elección provincial con la nacional. De todos modos, el estratega principal del submarino amarillo, Jaime Durán Barba, termina de afirmar hace pocos días que ni aun desdoblando ambas instancias electorales, le hubiera sido asequible la victoria. A la luz de los resultados de las elecciones nacionales, es difícil acordar con el gurú ecuatoriano.
Finalmente, montado en un ya mítico Renault Clio, desarrollando una campaña cara a cara y sin intermediarios y haciendo gala de un carisma que es uno de sus principales atributos, Kicillof –con un 52,26 por ciento de los votos- se convirtió en “el Vidal de Fernández”. Al igual que ella en 2015, él es una de las figuras emergentes de la coalición que llegó al Gobierno. Habrá que ver si su destino será similar al de su rival del domingo.
Pelear con armas propias
Corre por las redes una pulla que, resumida, se puede describir así: un auto (el Clío), un perro (Dylan) y un libro (Sinceramente), es decir, la política, le ganaron al marketing segmentado, al coaching y a los “focus groups”, tan modernos todos ellos.