El calendario electoral 2019 tuvo una particularidad: como casi nunca antes, de las 22 provincias que renovaban gobernaciones este año, en 18 sus mandatarios decidieron separar sus comicios de los nacionales. De las cuatro restantes, en una -Santa Cruz-, se pegó su elección con las primarias, el once de agosto pasado. Y sólo en tres, las dos Buenos Aires más Catamarca, ataron su suerte a la de los candidatos nacionales.
Aparte está la particularidad de La Rioja, que para este 27 de octubre se sumó a la elección nacional. El gobernador Sergio Casas había visto frustrado su tercer intento reeleccionista, ya que había pautado la votación original para el doce de mayo pasado, pero un fallo de la Corte Suprema de Justicia sepultó su intento y por eso debió postergar el comicio provincial hasta octubre.
Este fenómeno provocó un escenario especial: ya hay 16 distritos que tienen gobernadores electos para el período 2019-2023 y empieza a configurarse un mapa político con los sellos de las coaliciones preeminentes hoy en día: Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Por un lado, hubo una fuerte hegemonía de los oficialismos locales en las urnas: salvo en Tierra del Fuego, donde un radical K desplazó a la gobernadora peronista Rosana Bertone y Santa Fe, donde el peronista Omar Perotti dio el batacazo contra el socialista Miguel Lifschitz. Por el otro, hubo una ampliación del peso provincial del PJ: de confirmarse los pronósticos para las 6 elecciones provinciales que quedan, el partido manejará 16 o 17 distritos, incluidos los tres con mayor peso electoral (Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba).
De los comicios provinciales que restan, cuatro ya tuvieron sus primarias y dos irán directamente a la elección general. Éste es el panorama en cada uno.
Provincia de Buenos Aires
La decisión –desacertada, a la luz de los resultados- de mantener pegados los comicios nacionales y provinciales, casi que selló la suerte de María Eugenia Vidal, que quedó en las primarias cerca de 18 puntos por debajo del kirchnerista Axel Kicillof. Lo suyo es más difícil aún que lo de Mauricio Macri, ya que la Provincia no prevé balotaje. Sólo un milagro permitiría revertir la elección en el distrito donde más y peor se siente la situación económica.
Un dato para graficar: en el GBA la pobreza ya roza los 40 puntos, claramente por encima de la media nacional (35,4%). Las últimas encuestas que circularon de cara a octubre, lo mismo muestran un leve repunte de la gobernadora, pero aún lejos de la quimera triunfal.
Ciudad de Buenos Aires
Es éste otro distrito oficialista que, con matices, también está pagando en las urnas la decisión de romper el histórico desdoblamiento. Si bien en las PASO de agosto, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, logró un pequeño corte a favor suyo respecto a Macri y consiguió el 50,67 por ciento de los votos afirmativos, lo que le permitiría ganar sin balotaje el 27 de octubre. Se descuenta que, de haber mantenido sus comicios separados, ese triunfo sin revancha hubiera sido más holgado.
Las encuestas que se conocieron luego de las primarias vaticinan un final cerrado: no porque el aliado K Matías Lammens se esté acercando demasiado, sino porque se mantiene la duda de si Larreta conseguirá la mitad más uno o deberá ir a una tercera ronda en noviembre.
Salta
Aunque de entrada anunció que mantendría la elección provincial en coincidencia con la nacional, con la intención de apuntalar su precandidatura presidencial, el gobernador Juan Manuel Urtubey debió luego ceder a las presiones internas y separar los comicios.
Por un lado, él ya se había resignado a jugar de segundo en la pelea nacional y, por otro lado, su figura no garantizaba un arrastre suficiente como para impulsar un delfín. Así, se dio un reparto insólito para las PASO del último domingo.
– El vice de Urtubey, Miguel Isa, fue a la interna del Frente de Todos y perdió.
– El PRO terminó apoyando a Gustavo Sáenz, intendente de la Capital y ex candidato a vice de Massa en 2015, que fue felicitado por éste y estaría pensando en volver al redil.
– La UCR se plegó a la candidatura del polémico Alfredo Olmedo.
En esa ensalada política ganó claramente Sáenz, de origen peronista, quien quedó ubicado como el favorito para la elección general del diez de noviembre. Con lo que otro dirigente con ADN PJ se sumaría al conglomerado con el que deberá convivir el próximo presidente.
Chaco
Es una de las provincias que separó su elección, pero sin primarias. Este domingo, el favorito para volver al poder local es Jorge Capitanch, el ex jefe de Gabinete que obtuvo el apoyo fundamental de Cristina para clausurar los sueños reeleccionistas del actual mandatario, Domingo Peppo.
Catamarca
Ésta es otra de las provincias donde su mandataria -Lucía Corpacci- podía ir por otro mandato, pero desistió de hacerlo. Su reemplazante, Raúl Jalil, quedó al borde del triunfo en las PASO del once de agosto, cuando superó los 62 puntos. Se da por hecho que revalidará el 27 de octubre y que el distrito seguirá en manos peronistas.
La Rioja
Como se explicó de arranque, el gobernador Casas intentó ir por la re-reelección, pero la Corte Suprema se lo impidió. Como ofertas peronistas quedaron entonces Ricardo Quintela -el candidato del PJ oficial, que irá pegado a la boleta de los Fernández- y el ex gobernador Luis Beder Herrera. Por el lado de Cambiemos, volverá a intentarlo el radical Julio Martínez. Juega de punto.