En el peronismo hubo dos movidas importantes, una la encabezó Eduardo Duhalde impulsando la candidatura presidencial de Roberto Lavagana, y la otra fue el duro documento dado a conocer el viernes por los intendentes bonaerenses y el PJ de la Provincia de Buenos Aires.
Pero ahora, van más. Por eso, los principales líderes de la oposición han decidido sumar fuerzas para estructurar una alternativa que asome entre la grieta que conforman Macri y Cristina. El próximo domingo, aunque algunos todavía sugieren hacerlo el lunes 10 de septiembre, una fotografía mostrará sonrientes a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Miguel Angel Pichetto, al gobernador Juan Manzur y al economista Roberto Lavagna.
Los dos jugadores que surfean mejor la grieta y miran un poco de lejos pero no tanto esta movida, son el cordobés Juan Manuel de la Sota y el bonaerense Felipe Solá, ambos con muchas ambiciones en la carrera presidencial. Mientras De la Sota ya incluso se ha reunido con Cristina Fernández por ese tema, Solá no tiene armado propio y al igual que Lavagna debería ser prenda de unidad de los demás.
Sucede que Cristina pareciera imprescindible por sus votos sobre todo en la Provincia de Buenos Aires y de manera menos importante en el resto del país. Sus votos interesan pero el costo de su compañía es alto y nadie está dispuesto a pagarlo, al menos en este primer round con Unidad Ciudadana.
Uno de ellos, en este lío por el que atravesamos como país, determinará quien, será el candidato presidencial del peronismo no kirchnerista o la síntesis con ellos, una figurita más difícil, ya que con el distanciamiento de Alberto Rodríguez Saá el kirchnerismo quedó sin enlaces de nivel con el resto del peronismo.
La imagen estará acompañada por un borrador de programa de gobierno, diseñado a las apuradas debido a que el dólar sube, los bonos y las acciones bajan y el riesgo país trepa peligrosamente pasando los 800 puntos.
Massa y Urtubey entre los que se juntarán en esta movida pretenden ser candidatos a presidente. Pichetto tampoco resigna sus aspiraciones, pero entiende que está un escalón detrás de dirigente de Tigre. El salteño sufre fronteras adentro su acercamiento con el macrismo.
Lavagna tiene 76 años. “Si se diera el contexto de un acuerdo político, mi padre podría ser parte de un proyecto siendo una pieza importante en ese proceso”, dice Marco Lavagna, el hijo economista e integrante del Frente Renovador massista.
En el plano sindical la idea de Los Gordos, es dejarle a Hugo Moyano y a los movimientos piqueteros la exclusividad de la tribuna de acompañamiento junto al kirchnerismo.