El Gobierno enviará en las próximas horas al Senado el pliego de sus primeros siete embajadores políticos. Los mismos fueron incluidos en las sesiones extraordinarias en las que el presidente Javier Milei buscará que le aprueben sus reformas estatales y la desregulación de la economía. Los pliegos que primero deberán debatirse para su confirmación en la Comisión de Acuerdos de la Cámara Alta, que preside la larretista Guadalupe Tagliaferri, tienen como curiosidad el hecho de que fue incorporado el de la economista Sonia Cavallo, hija de Domingo Cavallo para la Organización de Estados Americanos (OEA).
Milei y quien fue el ministro de Economía convertibilidad de Carlos Menem sienten admiración mutua y hablaban seguido. En los último días la canciller Diana Mondino decidió enviar temporariamente a la OEA como embajador al diplomático al ex vicecanciller Daniel Raimondi, ya que la Argentina preside el Consejo Permanente del organismo por tres meses desde el 1° de enero. Ello hizo trascender versiones de que podría haberse caído la designación de Cavallo.
Luego, están los pliegos de los otros embajadores cuyas designaciones ya se conocen y, a diferencia con los que son de la carrera diplomática, necesitan confirmación del Senado.
Se trata de la del empresario Gerardo Werthein, embajador ante los Estados Unidos; la del ex vicepresidente, ex gobernador y hasta diciembre embajador en Brasilia Daniel Scioli, para que continúe en Brasil.
Entre tanto, el analista internacional y exembajador de Macri ante Costa Rica e Israel, Mariano Caucino, fue designado embajador ante la India. El académico Ian Sielecki, será jefe de la sede en Francia a la vez que el embajador más joven de la Argentina.
El rabino de la comunidad marroquí Axel Wahnish, guía espiritual de Milei y quien introdujo al presidente en su práctica del judaísmo sería embajador ante Israel. Y el economista Guillermo Nielsen, fue elegido para la embajada en Paraguay.
Si bien la reunión en Acuerdos para tratar los antecedentes de los designados no tiene fecha y hora, promete ser picante en algunos casos porque el kirchnerismo quiere objetar algunas cuestiones. En el caso de Cavallo, pueden hacer énfasis en su condición de argentina estadounidense que vive en Washington, aunque si es embajadora de un organismo y no de un país puede ejercer el cargo si renuncia a las inmunidades diplomáticas, lo que está dispuesta a hacer.
A Werthein lo atacaron por un presunto domicilio fiscal fuera de la Argentina, lo que el empresario negó señalando que, para ser designado, debió mostrar sus antecedentes penales, su pasaporte argentino y su residencia fiscal que, asegura, está radicada actualmente aquí.
Al rabino seguramente le van a cuestionar precisamente su condición religiosa para ejercer como embajador de un país laico. Para el caso, es una incomodidad también para el Estado de Israel que así lo sea.
Entre tanto, Ian Sielecki le pueden objetar su juventud y su escasa experiencia como embajador para un cargo semejante como el que le espera en Francia.
Y con Daniel Scioli hay muchos kirchneristas enojados porque siguen como embajador de Milei después de haberlo sido de Alberto Fernández. Lo mismo pasa con el caso de Nielsen, que siempre fue amigo de Milei, aunque militó para el Frente Renovador de Sergio Massa, y en diciembre dejó la jefatura de la embajada en Arabia Saudita.
Si se mira el currículum de otros embajadores políticos de gestiones pasadas, la política de premios y castigos a través de embajadas ha engendrado casos bochornosos.
Entre otros miembros de la Comisión de Acuerdos del Senado están, Martín Lousteau, de Evolución; Maxi Abad, por el radicalismo, y los kirchneristas, José Mayans, Juliana Di Tulio y Alicia Kirchner.