El jefe de Gabinete Nicolás Posse se sabe fuera del Gobierno. Tal vez por eso desde su entorno comenzaron a circular versiones que indican que las operaciones sobre el jefe de Gabinete vienen desde dentro del Gobierno, aunque aclaran que no se trata ni de Karina Milei, ni de Santiago Caputo, las dos personas de máxima confianza del presidente Javier Milei.
Posse es un amigo personal del Presidente. Lo conoce desde hace más de 20 años. Está allí por pedido expreso de Milei. De hecho fue el primer colaborador en ser designado antes de la asunción. Coordinó los equipos técnicos durante la campaña y tuvo un rol importante como administrador de fondos durante la misma. Posse cree que el Presidente no tiene más que pedirle su renuncia, y él dará un paso al costado. Así lo transmite el todavía ministro coordinador a sus colaboradores.
Posse entiende que ha tenido en los meses de gestión un rol clave en el vínculo de la Argentina con los EE.UU. En su última gira junto a Mondino, hubo fotos con Blinken, Sullivan y Yellen. Un álbum de fotos altamente cotizado.
Además, está llevando adelante la difícil tarea de reacomodar financieramente a las empresas del Estado y que queden en condiciones de ser privatizadas. Tiene en definitiva, la mirada integral sobre el Estado. El viernes Posse intentó tener un día normal de gestión pese a que su salida era un hecho, y mantuvo reuniones con empresas como Aerolíneas Argentinas, Arsat e Intercargo.
En el entorno presidencial reconocen la demora en la agilización de algunos expedientes, nombramientos detenidos, o partidas que no se ejecutan, aunque minimizan los roces generados. Algo más parece haberse roto en la relación del Presidente con su amigo.
El sábado viajó en uno de los aviones de la flota presidencial junto al resto del Gabinete y presenció en Córdoba el discurso presidencial, sonriente. También estuvo en el Tedeum. Un día antes el propio Milei puso en duda su presencia. “Hay que ver si está en la lógica del protocolo”, dijo el Presidente al pasar en La Rural esquivando dar una respuesta certera.
Sánchez, al borde de la renuncia
El polémico secretario de Culto, Francisco Sánchez, pegó un faltazo ayer al tedéum por el 25 de Mayo, y quedó como otro de los posibles nombres que podrían salir eyectados del Gabinete.
“Hay mucho enojo con él; no sabemos si zafa de la renovación” señalaron desde el entorno presidencial. Según adujeron en el oficialismo, Sánchez debió viajar a Neuquén, provincia de la que es oriundo, por una emergencia familiar.
Sánchez es el encargado de tener la relación con los credos y tiene un peso mayúsculo en el vínculo con el Vaticano.
Además, el viaje de Sánchez a Madrid está sospechado de haber sido realizado con recursos públicos.