El Pro mueve piezas en el Senado luego del pase de Luis Juez al bloque de LLA

El Pro mueve piezas en el Senado luego del pase de Luis Juez al bloque de LLA

El Partido busca un reemplazante que obtenga consenso.


El senador cordobés Luis Juez reveló recientemente su pase del Pro a las filas de La Libertad Avanza (LLA) y se prepara para dejar su puesto como jefe del bloque macrista en los próximos días, con el objetivo de unirse definitivamente a los libertarios. Este movimiento se enmarca en su ambición de convertirse en el candidato a gobernador de Córdoba por parte de la Casa Rosada en 2027.

En un contexto de incertidumbre total dentro del partido amarillo a nivel legislativo, la fuerza que gobernó el país entre 2015 y 2019 no ha identificado al mejor sustituto para ese cargo. Existe preocupación por una decisión que podría transformarse en un arma de doble filo, mientras el Gobierno sigue de cerca -e interviene- en esta disputa con el fin de desestabilizar a la bancada y atraer a todos los miembros posibles de ese debilitado grupo.

Un vistazo rápido al bloque revela un grupo de siete legisladores bastante disgregado: el dimitido Juez; el vicepresidente Alfredo De Ángeli (Entre Ríos), Guadalupe Tagliaferri (Ciudad de Buenos Aires), Victoria Huala (La Pampa), Martín Goerling (Misiones), Carmen Álvarez Rivero (Córdoba) y Andrea Cristina (Chubut).

De manera curiosa, se suma la tucumana Beatriz Ávila, quien no forma parte oficial de la bancada pero asiste a las reuniones y, dependiendo de la situación, se identifica con el Pro. Actualmente, encabeza la codiciada comisión bicameral que administra la Biblioteca del Congreso, conocida por su generoso y flexible presupuesto.

Los posibles reemplazos

El Pro tenía a la porteña Tagliaferri preparada para liderar la bancada: conoce el Congreso y cuenta con el respeto de sus colegas, no está envuelta en escándalos, y ha enfrentado al cristinismo sin complicaciones, muchas veces en soledad. Posee un equipo de trabajo sólido y, como presidenta de la comisión de Acuerdos, ha manejado sin problemas las audiencias delicadas de los dos candidatos que propone la Casa Rosada para la Corte Suprema de Justicia. Aunque pocos lo recuerdan, meses atrás jugó un papel crucial en las intervenciones para los embajadores políticos impulsados por el Gobierno.

El “error” de Tagliaferri fue respetar, según algunos, los principios de lo que fue en su momento el partido amarillo y mantenerse alineada con el exjefe de la Capital Federal Horacio Rodríguez Larreta.

Sin duda, Juez cumplía con ciertos requisitos y acumulaba experiencia para liderar en el Senado, ya que conoce a fondo la Cámara alta y sus entresijos: fue legislador durante la era kirchnerista, y en algunos corredores aún recuerdan su valiosa contribución para que años atrás llegara al recinto el pliego de la cristinista Mercedes Marcó del Pont como titular del Banco Central. Han pasado poco más de diez años desde aquel acontecimiento. Luego vino Macri; ahora, Milei.

Si se deja a ambos de lado, se podría considerar al entrerriano De Ángeli, hoy vicejefe. El “mellizo” solo aceptaría liderar la bancada si se lo pidiera Mauricio Macri. De hecho, el senador es uno de los pocos “puros” que quedan, en el sentido de acatar las decisiones del exjefe de Estado sin cuestionamientos, lo que sería una garantía ante un conflicto con los libertarios, aunque con mucho menos impacto e interés en la política real.

Ahí radicó el problema con Juez, quien volvió loco al partido con sus idas y venidas con el Ejecutivo, además de los constantes ataques -por momentos, como si fuera un kirchnerista o libertario- contra la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel.

Un desafío para De Ángeli es que su mandato está por finalizar y, si decide postularse nuevamente como senador, su posible función al frente del bloque podría entrar en conflicto con una eventual campaña en su provincia, lo cual no es un asunto menor. Por este motivo, surge la alternativa del misionero Martín Goerling, quien ha mantenido un perfil bajo desde su ingreso a la Cámara alta y aún tiene cinco años más de mandato.

El nombre de Goerling fue mencionado hace algunos meses para liderar la bicameral que supervisa los organismos de Inteligencia. Según sus colegas, “posee las herramientas” necesarias para asumir la conducción de la bancada y tiene cierta capacidad de diálogo con asesores de alto nivel del Gobierno. La situación es sumamente delicada, con un kirchnerismo bien organizado y una Casa Rosada que busca absorber al Pro.

En torno a Goerling surgen interrogantes sobre su grado de cercanía y dependencia con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien también tiene interés en la cordobesa Carmen Álvarez Rivero, más alineada con el oficialismo que Juez. Se cuestiona cómo enfrentará a los demás líderes de bloque en el recinto. El Ejecutivo no enfrenta mayores complicaciones en Misiones, ya que el macrismo parece debilitado allí y, cuando necesita votos, negocia con el líder provincial, el renovador -no alineado con Massa- Carlos Rovira.

Los senadores del Pro aguardan que Macri ofrezca alguna señal frente al inicio de las sesiones extraordinarias convocadas por Javier Milei. Desde un comienzo, se encuentran con un panorama agitado y enredos que, a estas alturas, son resueltos abiertamente en diversos medios de comunicación. Mientras tanto, el Gobierno observa con satisfacción y celebra la situación actual del partido amarillo.

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