“A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica”, expresó días atrás la Conferencia Episcopal Argentina en un extenso comunicado en el que refleja una serie de preocupaciones sobre el clima social, la falta de diálogo político, la droga, y el aborto, entre otros. En este marco, la Iglesia Católica se propuso llevar su mensaje directamente a los oídos de la dirigencia política argentina, tanto el PRO como el kirchnerismo.
El día pasado miércoles, una comitiva de funcionarios porteños encabezada por el subsecretario de Justicia de la Ciudad, Javier Buján, fue recibida en la Ciudad del Vaticano por su Santidad Benedicto XVI. En la audiencia, de la cual también participaron los consejeros de la Magistratura de la Ciudad Javier Concepción y Gisela Candarle, el director General de Infracciones, Marcelo D’Alesandro y el jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Justicia, Omar Penna, la máxima autoridad de la Iglesia Católica reiteró la preocupación sobre el estado social del país, además de intercambiar comentarios sobre la realidad nacional.
Tras el encuentro con el Papa, Buján, en representación del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se reunió con el Prefecto para las Iglesias Orientales de la Santa Sede, el cardenal argentino, Leandro Sandri (la máxima autoridad eclesiástica argentina en el Vaticano), quien reiteró la preocupación e interés por el tratamiento del tema aborto en la Ciudad de Buenos Aires, además de destacar la importancia fomentar el diálogo entre los sectores políticos.
Tras conocerse que referentes del PRO se entrevistaron con el Papa, la Casa Rosada anunció que la Presidenta Cristina Fernández recibiría a la Conferencia Episcopal Argentina el próximo 18 de diciembre.
“La relación del Gobierno con el Episcopado es normal. Como con todas las religiones”, dijo Oscar Parrilli tras anunciar la reunión. “Todos tienen la libertad en esta Argentina de decir sobre la realidad lo que tengan que decir. Esto no pasaba en época de la última dictadura”, agregó el funcionario, en referencia al mensaje navideño del grupo encabezado por Monseñor Arancedo en donde se cuestionó el “excesivo caudillismo”, la “oposición entre visiones unitaria y federal de la nación”, y el deterioro de “la autonomía de cada uno de los poderes del estado”.
