Igual que Uber, pero con el supermercado, las propuestas que vinculan la necesidad y la solución continúan siendo un éxito en Argentina. Así, dos empresas ya ofrecen a profesionales que van al supermercado y hacen las compras a cambio de un rédito económico que va desde $30 a $50 pesos. La propuesta ya cuenta con más de 75 mil usuarios.
Se la conoce como “el Uber de los supermercados” y el funcionamiento es simple. El cliente arma una lista de productos en la computadora o el celular, elige en qué comercios del barrio adquirirlos y –como en Uber– el encargo se le asigna al comprador más cercano que esté disponible en la zona. Ese trabajador, denominado en la jerga “recolector” o “piloto”, se dirige a los locales, adquiere la mercadería y se la entrega al cliente en la puerta de su casa, todo en menos de 60 minutos o a la hora deseada.
El formato, inspirado en la empresa estadounidense Instacart, ya puede usarse en toda la Capital y en algunas zonas de Vicente López para comprar en todo tipo de comercios. Los encargos se pueden hacer para grandes cadenas de supermercados, farmacias y kioscos, carnicerías, verdulerías, tiendas de productos gourmet y ferreterías.
Actualmente hay dos plataformas ofreciendo el servicio a través de sus aplicaciones móviles y de sus páginas web. La primera en llegar, en abril, fue Yoppers, creada por tres emprendedores argentinos. Y en mayo se sumó Mercadoni, que hizo su desembarco en el país tras haberse lanzado el año pasado en Colombia y México.
Ambas firmas ya vinculan a más de 75.000 porteños con unas 120 personas que pasaron a trabajar de compradores para obtener un ingreso extra o hasta para vivir de eso. Por la alta demanda, en tanto, las empresas proyectan seguir reclutando mandaderos hasta llegar a cerca de 400 antes de fin de año.
“Más del 75% de las compras se encargan desde celulares y la mayoría son órdenes para entregar en la próxima hora. Ante el pedido, lo que hacemos es circular un alerta a los pilotos cercanos. Y si por algún motivo nos retrasamos, damos el envío gratis”, cuenta Nicolás Fernández Talice, gerente de Mercadoni en el país.
“Contactamos a los clientes con gente que tiene tiempo libre y puede ir a los negocios en su lugar, con la idea de que reciban lo que quieren rápidamente en su domicilio. Desde que arrancamos, los pedidos se nos vienen duplicando mes a mes”, agrega Francisco Piccini, cofundador de Yoppers.
Los mandaderos suelen ser jóvenes que estudian o trabajan y que dedican entre 3 y 6 horas diarias a entregar pedidos, por los que reciben comisiones. De esta manera, pueden ganar alrededor de $ 60 por hora más las propinas. La mayor ventaja, para ellos, es la chance de decidir qué días trabajar, en qué horarios, en qué zonas y con qué medio de transporte (pueden llevar las bolsas a pie y o en su propia bicicleta, moto, auto o camioneta).
Para los clientes, por su parte, el mayor atractivo es el ahorro de tiempo o la chance de salir de un apuro a bajo costo, con el plus de poder pedir productos de varios comercios en la misma orden y de pagar en efectivo o en cuotas.
Como contracara, lo que más reparos causa es tener que confiar en el criterio de un extraño para la elección de frutas, verduras y carnes. Pero las empresas aseguran que capacitan a sus recolectores para que esto no sea un problema.