El papa Francisco designó al nuncio apostólico en el Paraguay, monseñor Eliseo Ariotti, como su enviado especial a la ceremonia de asunción del presidente Mauricio Macri, prevista para el jueves 10 de diciembre, informaron hoy fuentes eclesiásticas.
El nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, confirmó este domingo que el pontífice designó al diplomático italiano acreditado en Asunción para que lo represente en la toma de posesión del nuevo primer mandatario argentino.
Tscherrig precisó que él y el secretario de la Nunciatura, monseñor Vicenzo Turturro, completarán la delegación oficial de la Santa Sede a la ceremonia de asunción de Macri.
La Cancillería había incluido el nombre de monseñor Ariotti al dar a conocer la lista de las delegaciones extranjeras confirmadas para la transmisión de mando presidencial.
Fuentes eclesiásticas consultadas por la agencia DyN explicaron que la decisión del Papa se enmarca en las “prácticas protocolares habituales” para los países en los que hay ceremonia de traspaso de mano presidencial.
Las fuentes puntualizaron que de este modo “se echan por tierra las especulaciones en cuanto a por qué el Papa no saludó a Macri tras su elección presidencial”.
El miércoles, tras el saludo que la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina hizo a la presidenta Cristina Fernández, el presbítero Pedro Brassesco dijo a los periodistas acreditados en la Casa Rosada que el Papa no saludó al mandatario electo porque “es una cuestión protocolar”.
“Generalmente el Papa no saluda cuando gana una elección, sino cuando asuma el nuevo Presidente”, precisó el subsecretario del Episcopado y vocero episcopal.
Brassesco subrayó que la práctica protocolar formal es que el Papa envié un delegado pontificio a la ceremonia de asunción de un Presidente, que en el caso de Macri según se confirmó hoy será monseñor Ariotti.
Jorge Bergoglio mantuvo una relación distante con Macri durante sus años como arzobispo de Buenos Aires, sobre todo después de que en 2009 el jefe de gobierno porteño no apeló un fallo de una jueza a favor del matrimonio de una pareja del mismo sexo en la Ciudad.
El purpurado porteño llegó a advertir en esa oportunidad, mediante un comunicado, que Macri “faltó gravemente a su deber de gobernante”.
Pero al arribar al Vaticano en marzo de 2013, Francisco invitó a Macri a una audiencia privada en Santa Marta y le pidió que fuera con su esposa Juliana Awada y su hija de nombre Antonia, a la que quería conocer.