El Diputado nacional y exarmador de Pro, Emilio Monzó aseguró en una nota de La Nación que Macri “es la figura más importante de Juntos por el Cambio”.
Además, considera que es el dirigente que más votos tendría en una interna del espacio. Lo ubica en el espejo con Cristina Kirchner, modelo 2019. Pero Monzó está convencido de que Macri no debería competir en 2023, sino ocupar el rol de mentor: “Aspiro a que esté en la cabecera de JxC para ordenar el espacio, no para ser candidato”, remarca.
A Larreta le pide que forme un “scrum” de “palomas” para blindar a los dialoguistas y formar un espacio para enfrentar a los “halcones” en las PASO. A su vez, anticipó que tejerá para que el Pro y la UCR confluyan en una fórmula “mixta” de moderados.
A continuación la entrevista completa:
-¿Le preocupa que el Gobierno no haya logrado resultados concretos en la negociación con el FMI o es comprensivo por la pandemia y la crisis heredada?
-Soy comprensivo por la pandemia. No solo cambió nuestra relación con el FMI, sino que también la economía global. Entiendo que el mundo se está acomodando a esta nueva realidad y las relaciones de entidades financieras, en este caso el Fondo, con los países deudores no son ajenas a esta situación. Hay que ser consciente de que, producto del coronavirus, la realidad es totalmente distinta al momento que se tomaron los créditos. Lo que falta por parte del Gobierno es certezas. A la ausencia de resultados con el FMI se agregan las incertidumbres domésticas: la inflación, la pobreza, la inversión o la reactivación económica. El Gobierno no tiene disciplina y orden, desde el primer día.
-¿JxC tiene que dialogar y acompañar al Gobierno? ¿Es co-responsable de la situación?
-Yo insisto en que hay una revolución digital que pone en riesgo al tejido social, a muchos empleos e invita a la reconversión de la sociedad y de la economía. Con esta situación, no hay nada mejor que pensar en lograr acuerdos. ¿Cómo no vamos a ayudar al diálogo? Pero acá hay un punto, el primer responsable es el Gobierno. La impotencia para solucionar estos temas tan complicados lo lleva al oficialismo a estar en campaña permanentemente, en lugar de ir a buscar el diálogo con la oposición. Lo hicimos nosotros también. Y esto está pasando en todo el mundo: la polarización es una manera de llamar la atención a tu propio electorado, olvidándote del conjunto. Juegan su partido, pero nunca para la selección.
El antagonismo es el síntoma claro de la patología de la Argentina: la impotencia a la hora de gobernar. Estamos teniendo gobernantes que no están a la altura de las circunstancias y apelan a seguir en clave de campaña a la hora de gestionar. Este es el gran problema del país.
-Gerardo Morales dice que hay sectores de JxC que “quieren que explote todo en marzo”. ¿Usted nota lo mismo?
-El kirchnerismo fue muy antagónico y muy cerrado en los cuatro años de Cambiemos. Tuvieron como objetivo oponerse a todo. Con respecto a lo que dice Morales, en todos los espacios hay sicarios digitales, que son inflexibles con el gobierno de turno. Y le hacen mucho daño a cualquier persona moderada que está dispuesta a acordar y negociar en pos del país, no de su propio electorado. No tienen tupé ni límites a la hora de agredir.
Los que estamos del lado de la mesura necesitamos generar un scrum. Al sicario se lo combate con volumen político. Tenemos que dejar de lado la vanidad o el orgullo para generar una mesa integrada por las personas que pensamos parecido. Allí, pondría a Larreta -celebro su foto con Morales-, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio, Diego Santilli, Cristian Ritondo, Mario Negri, Rodrigo De Loredo o Luis Juez, entre otros.
-¿Quiere armar un scrum de moderados?
-Y también la quiero sentada en esa mesa a la fuerza de Carrió, que fueron los más responsables en el debate del presupuesto. De esa forma, los sicarios van a quedar solos. Y no va a doler lo que hacen estos monstruos populistas, de derecha y de izquierda, que se aprovechan de las redes y la posverdad para vender remedios falsos todo el tiempo. Esto se soluciona si los moderados tenemos la inteligencia de hacer un equipo. Si no, las posiciones radicales tienen las de ganar.
Nuestra responsabilidad es construir. Eso siempre lleva tiempo y trabajo. Nos falta la humildad y debemos hacer una autocrítica, para tener una mesa desplace a esos espíritus ególatras y podamos armar una alternativa política para el año que viene. Para destruir alcanza con un tuit.
-¿Esos sicarios están en Pro y en JxC?
-Sí, hay de los dos lados. El problema es que nuestros sicarios tiran para adentro y los de ellos [por el kirchnerismo] para afuera. Es como una marca personal. Cuando uno se acerca a la palabra negociación, pacto o acuerdo, este centinela está preparado para bombardearlo. Ahora, esto de anunciar pactos y acuerdos por los medios de comunicación no va. Nunca hubo un pacto serio sin que haya antes reserva y tiempo para trabajarlo. Acá hacemos todo al revés. Cuando el Gobierno dice que nos van a invitar a un acuerdo para algo, lo doy por descartado. Eso está vinculado a un tema comunicacional, pero no tiene nada que ver con una transformación.
-¿El Gobierno solo busca la foto?
-Y nosotros hacíamos exactamente lo mismo. Un acuerdo necesita confianza, reuniones en reserva -que están mal vistas-, trabajo, tiempo y presentación. Esto no se está haciendo. Para mí, son todos anuncios sin sentido.
-¿Hay “centinelas de JxC que bombardean” el diálogo con el Gobierno?
-Bombardean el diálogo. Son efectivos y lo reditúan políticamente, por el clickbait.
-¿Eso hace que los moderados tengan reparos a la hora de dialogar con el Gobierno o endurezcan sus posiciones?
-Sí o sí los moderados tenemos que juntar volumen político. Y el actual gobierno no cuida a quienes pueden ser los interlocutores para sacar el país adelante. Cuando gobernamos nosotros, los representantes de los gobernadores en el Congreso fueron muy responsables a la hora de acordar. Y nosotros fuimos muy responsables en cuidarlos a ellos con los acuerdos que habían firmado.
Gran parte de la conducción del gobierno nacional tiende a cohesionar su electorado con la polarización. Estoy hablando del kirchnerismo. Entonces, todos los que buscan la moderación caen en esta trampa.