En declaraciones a un matutino porteño, el economista José Luis Espert planteó un futuro sombrío para el país si el Gobierno nacional sigue haciendo lo mismo que se hace desde hace 20 años en la Argentina. “Tendremos veranitos seguidos por períodos complicados, para luego terminar en un ajuste, que si no se hace viene una nueva crisis”, se preocupó.
De todos modos, Espert aseguró que del Gobierno que encabeza Mauricio Macri, “hay muchas cosas para rescatar”. “No sé si, como dice el macrismo, íbamos a terminar como Venezuela si ganaba Scioli. Pero creo que el hecho de que haya ganado un ‘no peronista’ y que haya evitado una crisis es meritorio“, tranquilizó a los mercados, a pesar de que luego también planteó sus reparos.
El especialista manifestó enseguida su concordancia con el Gobierno al reconocer que “el hecho de haber desarmado el cepo, salir del default, dejar de hacer la guerra al campo y de mentir desde el Indec y desde el BCRA, plantear otras relaciones con el mundo, explican hoy por qué la economía está creciendo y va a seguir expandiéndose en 2018“.
Como si esperara a calentar los pistones para ir tomando velocidad, Espert comenzó a cuestionar de a poquito algunas medidas que tomaron Alfonso Prat-Gay y su sucesor, Nicolás Dujovne. Lo primero que puso en duda es la meta inflacionaria para 2017, al afirmar que “será, en el mejor de los casos, del 17%, cinco puntos por encima de la cota máxima que proyecta el BCRA para 2018“. Paralelamente, el economista consideró que “es muy meritorio haber bajado la inflación a un poco más de la mitad, tras un año con un peso devaluado y ajustes de tarifas, pero dada la configuración de política fiscal y monetaria, las metas de inflación no son viables con un déficit récord”.
Seguidamente, Espert adelantó que el ministro de Finanzas, Luis Caputo, desarrolló “la fantasía de ellos (del Gobierno)”, al anticipar que va a bajar el déficit primario. “Se acabaron todos los relatos de Macri, menos el fiscal“, ironizó primero, para luego introducir un impertinente bisturí en la herida que más le duele al Gobierno. “El déficit del que el Gobierno habla no tiene nada que ver con el verdadero –hirió en primer término el operador de la city–. Hay relato fiscal porque el Gobierno no pone como gastos los intereses de la deuda y tampoco el rojo de las provincias. Para las cifras oficiales, colocarán menos deuda, pero los números reales dirán que van a colocar más.”
Pero si graves venían siendo los augurios de Espert, el tema de la deuda externa agravó sus predicciones. “A partir de fines de 2018, veo una deuda pública ya en torno de los 60 puntos del PBI. Es un nivel demasiado grande para un país con bajo rating crediticio y una historia tan grande de defaults. Por eso, en un año veo a la Argentina muy sensible ante cualquier shock externo desfavorable”.
Por esta razón, Espert manifestó a continuación su extrañeza porque “este Gobierno lo único que haya hecho en materia de déficit fiscal, respecto del anterior, es cambiar la manera de financiarlo, de emisión monetaria a deuda”.
De todos modos, el final de Espert fue una apoteosis del pesimismo. “La deuda pública está subiendo todos los años 40.000 millones de dólares. Ya es parecida a la de diciembre de 2001, al igual que el atraso cambiario y el déficit. Creo que hoy no hay ninguna chance de repetir lo de 2001, pero si tenés indicadores similares a los previos de aquella crisis, te van a complicar la vida”, cerró, esta vez tratando finalmente de minimizar su propia desazón.
