Para este sprint final hacia el 14 de noviembre, el Presidente se volcará de lleno a realizar actividades de campaña en el Conurbano bonaerense. Allí hay 2.000.000 de votantes que se ausentaron en los comicios del 12 de septiembre y que el Gobierno salió a buscar, con un bloque de ministros, legisladores e intendentes, para tratar de convencerlos de que son la mejor opción y así achicar el margen con Juntos por el Cambio.
En los próximos días Alberto Fernández encabezará recorridas por municipios de la primera y tercera sección electoral del conurbano. Son los puntos geográficos más poblados y en donde el Gobierno apunta a aumentar su caudal de votos. El fin de semana el Presidente hizo base exclusivamente en el conurbano. El sábado estuvo en Quilmes y el domingo en José C. Paz.
El golpe más duro el oficialismo lo sufrió en la primera sección, donde están municipios importantes para el peronismo como Hurlingham, Merlo, Morón, José C. Paz, Malvinas Argentinas, San Martín, Tigre y Escobar. Sufrió una derrota en la sección pero ganó en muchos de esas de localidades. Sin embargo, no alcanzó.
Desde el entorno presidencial le dijeron a Infobae: “Vamos a seguir recorriendo municipios donde el voto del Frente de Todos aún tiene mucho potencial. Son localidades que pertenecen al corazón del núcleo duro peronista y que en las PASO la participación bajó considerablemente”.
Compartí la tradicional maratón de José C. Paz con familias de la localidad.
Junto a @vtolosapaz recibimos el afecto de cada una de ellas, una inyección de fuerza que nos impulsa a seguir poniendo a la Argentina en marcha. pic.twitter.com/s6EHe6SeBN
— Alberto Fernández (@alferdez) November 8, 2021
En la Casa Rosada creen que Juntos por el Cambio no está creciendo en la provincia de Buenos Aires. Entienden que tocaron su techo con el 38% de los votos que obtuvieron en las PASO y que en la lucha por pescar votantes que no eligieron a ninguno de los dos, el peronismo tiene más para ganar que para perder. Sin embargo, es una hoja de ruta impredecible porque en el oficialismo ya nadie cree en las encuestas.
Según les precisó el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí a un grupo de ministros del Gobierno, esta última semana es en la que el Gobierno puede marcar la diferencia. Los días previos más cercanos a la elección son en los que la mayoría de la gente define su voto y mira con más detalle que está pasando en la escenario político y económico del país.
En los últimos días el Gobierno se ha dedicado a hablarle al electorado propio, con el objetivo de fortalecer el núcleo duro y asegurar votantes que hace dos meses no fueron a votar por múltiples motivos, entre ellos cierto enojo o frustración con los resultados de la gestión.
En el oficialismo hay un cierto clima de resignación respecto al resultado del próximo domingo. La mayoría no ve un cambio abrupto de los números que se obtuvieron en septiembre y piensa en el día después. Lo que implica el destino de la coalición, los movimientos de poder de Cristina Kirchner y La Cámpora, y, sobre todo, la reacción de Alberto Fernández.
Por eso, dice Infobae, un sector importante del Frente de Todos espera una señal de autoridad del Presidente el lunes 15 o, más tardar, durante el desarrollo de esa semana post electoral. El pedido de es gesto tiene que ver con una decisión de fondo que en el peronismo esperan que Fernández tome de una vez y que está vinculada a la conducción del Gobierno.
O conduce él o lo hace Cristina Kirchner. La modalidad compartida fracasó en los primeros dos años de gestión. Entonces, el dilema que se le presenta al Presidente es si decide empoderarse y marcar el nuevo pulso de la gestión, o si decide seguir tratando de hacer equilibrio en una coalición que perfecciona cada semana su capacidad de autoboicotearse.