“Volvemos a gritar Ni una menos por todas, por todos. Reclamamos por las mujeres violentadas, por las golpeadas, por las abusadas, por las amenazadas”, sostiene la segunda edición de la convocatoria que el año pasado congregó a varios miles de personas en la plaza del Congreso, y otras tantas en distintos puntos del país, a favor de la igualdad de género, contra la violencia machista, cuya máxima expresión es el femicidio, y por la despenalización del aborto.
La marcha, que comenzó en los alrededores del Congreso a las 17, en dirección a la Plaza de Mayo, en nombre de “las que no pudieron gritar, por las que no pudieron salvarse, por los hijos que el femicidio deja sin madre”, sostuvo como lema este año “Vivas nos queremos” y otros como “#JusticiaParaBelen”, en relación al caso de la joven tucumana presa desde 2014 por un aborto espontáneo.
Desde la marcha de 2015 hasta hoy, se contabilizaron 275 femicidios, según datos de la ONG Casa del Encuentro, la única en realizar la estadística desde 2008. “Lo que vemos es que la situación no mejoró en nada respecto del año pasado. La calle se hizo más hospitalaria para la voz de las mujeres, pero al mismo tiempo recrudeció la violencia machista”, advirtió la socióloga María Pía López, integrante del colectivo #NiUnaMenos que impulsó la primera marcha.
