Un análisis de opinión pública realizado por la consultora Tendencias a nivel nacional entre el 24 y el 28 de febrero de 2025 evidenció las inquietudes y tendencias predominantes de la población respecto al Gobierno Nacional, la situación económica y el contexto político. Este sondeo, fundamentado en más de 11. 000 entrevistas recolectadas de forma en línea, evaluó la percepción sobre la administración de Javier Milei, las proyecciones económicas y las intenciones de voto para las próximas elecciones.
Evaluación del gobierno y polarización política
La opinión acerca del Gobierno sigue siendo polarizada. La valoración desfavorable incrementó dos puntos, situándose en un 44%, mientras que la favorable disminuyó en cinco puntos, alcanzando un 40%, aunque existe una proporción mayor de encuestados que lo consideran “regular positivo”.
El respaldo hacia el oficialismo permanece en un 51%, aunque con menor fervor en comparación con evaluaciones previas. La polémica provocada por el criptogate ha afectado esta percepción, debilitando el apoyo entre sus electores.
El efecto del criptogate
El escándalo relacionado con la criptomoneda $Libra ha impactado negativamente la imagen del presidente Milei. Un 70% de los participantes en la encuesta opina que él tiene ciertas responsabilidades en este asunto, mientras que un 58% lo clasifica como un incidente grave o de suma gravedad. Aun dentro de su grupo de apoyo, un 26% percibe este acontecimiento de manera desfavorable.
En términos de las repercusiones que el presidente debería enfrentar, un 36,8% considera que es necesario que ofrezca explicaciones públicas y se disculpe, mientras que un 23,7% sostiene que debería ser objeto de un juicio político.
Contexto económico y perspectivas
El 78% de los hogares reporta enfrentar dificultades económicas. Un 30% de los encuestados describe su situación como “muy mala”, un 22% llega a fin de mes sin capacidad de ahorro y un 26% ha tenido que disminuir sus gastos.
Sin embargo, el 50% de la población cree que la economía ha mejorado en comparación con la administración anterior, y un 44% tiene confianza en que su situación será más favorable en el próximo año. A pesar de que la inflación comienza a mostrar signos de desaceleración, continúa siendo un factor crítico para la mayoría de la población.
Intención de voto y contexto electoral
En lo que concierne a las preferencias electorales, La Libertad Avanza (LLA) se posiciona en la cima de la intención de voto con un 40,9%, superando en cinco puntos a Unión por la Patria (UP). El Pro alcanza un 7% y el Frente de Izquierda se sitúa en el 6%.
A nivel regional, el oficialismo domina en las áreas del interior del país, obteniendo ventajas especialmente en Cuyo y la región Centro, mientras que Unión por la Patria tiene una mayor presencia en la provincia de Buenos Aires. En la ciudad de Buenos Aires, la disputa es intensa entre diversas fuerzas políticas.
Perspectiva pública sobre la confrontación cultural
Los debates ideológicos manifiestan una notable polarización. Un 45% de los encuestados refuta la afirmación de que “la ideología de género llevada a su extremo constituye abuso infantil”, mientras que un 34% la apoya.
En relación con la medida de eliminar la definición de femicidio del Código Penal, un 44% se opone y un 37% está a favor. No obstante, existe un acuerdo general sobre la violencia de género, pues el 80% de los encuestados opina que es un problema serio o muy serio.
Además, un 56% sostiene que los derechos de la comunidad LGTBQ+ deben mantenerse o ampliarse.
Escenario de la oposición y actividad social
Entre los votantes de Sergio Massa en la segunda vuelta electoral, el 59% expresa insatisfacción con la función del peronismo como fuerza opositora. Respecto a la percepción de los líderes políticos, Cristina Fernández y Axel Kicillof lideran las evaluaciones favorables con aproximadamente el 40%, seguidos por Juan Grabois y Myriam Bregman.
Un 40% de la población apoya la actividad social como un medio para protestar, mientras que un 23% opina que es necesario manifestarse en las calles y no detenerse hasta que se produzcan cambios en las políticas económicas del gobierno.