Una encuesta realizada por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) entre 240 directivos en julio, nueve de cada 10 empresarios proyectaron una mejora de la situación económica en el próximo año.
Los motivos para creer que la recuperación llegará, según se desprende del relevamiento, es que los ejecutivos valoran la desaceleración de la inflación, el ordenamiento de las cuentas fiscales, la tendencia a la estabilización de la macroeconomía, el crecimiento de expectativas y la sensación de previsibilidad, el sentido de rumbo económico y la apertura de la actividad comercial.
Sin embargo, esta reactivación será “moderada”, que es la palabra que más se utilizó para describir la dinámica de los próximos meses. Es decir, creen que el rebote de la economía llegará en forma de “U” y no de “V”. De hecho, el 44% de los ejecutivos proyecta que la rentabilidad de sus empresas “aumentará moderadamente” en el próximo año.
Entre las variables que todavía preocupan a los directivos están la recesión, la caída del consumo, la pérdida del poder adquisitivo, la inflación, el desempleo en aumento y la incertidumbre. También hay temas no económicos que siguen con inquietud, como la política de comunicación y una cierta agresividad de parte del Gobierno. Sin embargo, las razones para ser optimistas superan, por ahora, a las preocupaciones, lo que se traduce en una mejor expectativa de la situación económica a futuro.
La recuperación “moderada”, por su parte, impacta en las proyecciones de inversión que tienen en carpeta las empresas: solo el 5% dijo que aumentarán significativamente, mientras que el 41% dijo que se incrementarán moderadamente y el 40%, que no se modificarán. Las expectativas de inversión, por lo tanto, no llegan a cubrir el pico de optimismo que hubo en junio 2016, durante los primeros meses del gobierno de Mauricio Macri.
La traba mayor, más allá de la lenta recuperación del poder adquisitivo, es el cepo cambiario. “Sin una política cambiaria clara y definitiva, es difícil pensar en una lluvia de inversiones”, justificó Santiago Mignone, presidente de IDEA, en una reunión con periodistas, al presentar la encuesta que el foro empresarial realiza desde 1998.
“El cepo es insostenible, a nadie le gusta. Todavía hay que terminar de entender el camino trazado para la salida del cepo. Hay preocupación porque se mantenga, pero está dentro de la lógica moderada. Nadie espera una salida que genere una disrupción que perdure mucho tiempo, porque, si no, no se explica la mayor expectativa de mejora de la situación económica para el año próximo”, agregó.
En el sector empresario, sin embargo, se estima que la quita de las restricciones cambiarias ocurrirá antes del próximo año. El 92% de los ejecutivos consultados espera que el dólar aumente moderadamente (81%) o significativamente (11%).
“Hay una expectativa de una salida moderada y prolija del cepo, que quiere decir, administrada. Creemos que van a ir saliendo con una serie de medidas hasta que un día ya no va a haber más cepo. Van a ir desarmando nudos de a uno, pero no todos al mismo tiempo”, dijo Mignone.
Una señal que marca un cambio de tendencia es que, por primera vez en nueve años, para los empresarios la situación económica del país estuvo por encima de las expectativas, si se toma en cuenta el dato de la evaluación de los últimos 12 meses.
“Se ve que hoy se está mejor de lo que se estaba un año atrás, pero la expectativa se ve mucho mejor para el año próximo. La mayoría de los empresarios cree que estarán entre moderadamente mejor y mucho mejor en 12 meses. Esto se explica mejor teniendo en cuenta el piso de donde venimos”, dijo Santiago Bulat, economista jefe de IDEA.
Con relación a las principales variables económicas, se destacó una fuerte proyección de baja del nivel inflacionario: el 22% consideró que “disminuirá significativamente” y el 38% que “disminuirá moderadamente”.
Sobre la situación particular de sus empresas, los resultados sostuvieron la tendencia de recuperación y crecimiento que ya se veía en el relevamiento del período anterior. El 44% proyectó un aumento moderado en su rentabilidad y el 41% un aumento moderado en sus niveles de inversión.
A su vez, la tasa de capacidad máxima en la que las empresas operan mostró una leve desmejora. El porcentaje de empresas cuya capacidad instalada está por encima del 86% se redujo del 47% al 41%.
La encuesta fue realizada por el equipo de relevamientos de IDEA durante julio pasado entre 240 empresas socias. La muestra incluyó grandes empresas (67%) y pymes (33%) de los sectores agropecuario (4%), industria y energía (27%), construcción (3%), servicios (56%) y comercio (10%).