A diferencia de otras iniciativas que están afuera de la agenda pública cotidiana, como la frustrada expropiación de Vicentín o la reforma del Ministerio Público Fiscal, la nueva presión del Gobierno nacional para postergar las elecciones encuentra coincidencias con la opinión de una buena parte de la sociedad. No porque ésta la haya convertido en un tema de discusión diaria, sino por el descreimiento que tiene la gente sobre las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y por la incomodidad que le supone ir a votar dos veces en un año de pandemia.
Podría decirse incluso que un sector de la población ve con agrado la suspensión por una vez y hasta la eliminación definitiva de las primarias. El razonamiento parece simple: desde que se aprobaron en 2009, las PASO sólo cumplieron con una parte de la democratización y transparencia que prometían traer a los procesos electorales. Y fracasaron en un punto central: sirvieron muy poco para dirimir internas partidarias, cuando se supone que ése es uno de los fines centrales.
Este descreimiento se reflejó en varias encuestas que comenzaron a medir el fenómeno a principio de año. Estos son algunos de esos estudios.
Universidad de San Andrés (Udesa): entre el 3 y el 15 de marzo hizo un relevamiento de 1.027 casos en todo el país.
“¿Cuál es tu opinión sobre las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, conocidas como PASO, como un mecanismo de selección de candidaturas de los partidos y coaliciones?”, preguntó, como planteo general. Si bien el número más alto (33 por ciento) dijo que “deben mantenerse”, esa postura fue casi empatada (32 por ciento) por los que reclaman la eliminación definitiva y ampliamente superada si se suman los que pidieron suspenderlas este año (19 por ciento). Completó un 16% de “no sé” y “prefiero no contestar”.
Pero lo más interesante quizá es cuando presentó los resultados según la afinidad política. Porque si bien hubo diferencias en los números, de algún modo el rechazo a las PASO rompe la grieta. O el contrapunto está muchísimo más difuso.
Entre los votantes de Alberto Fernández, el 39 por ciento opina que hay que mantenerlas, contra un 53 por ciento que suman los que quieren eliminarlas o al menos suspenderlas este año.
Entre los votantes de Mauricio Macri, en tanto, un 37 por ciento sugiere mantenerlas contra un 47 por ciento que cree que hay que eliminarlas o suspenderlas en el 2021.
Real Time Data (RTD): esta empresa realizó, entre el 1° y el 8 de marzo, un relevamiento de 900 casos en todo el país.
“Debido a la pandemia de coronavirus, alguna gente cree que las elecciones primarias este año deberían suspenderse. ¿Usted qué opina al respecto?”, preguntó la consultora, que también había indagado sobre el tema en noviembre pasado. A nivel general, bajó nueve puntos la cantidad de encuestados que respondió que deben mantenerse como siempre (de 42 al 33 por ciento), mientras que este grupo se trasladó exactamente al de los que piden una suspensión por este año (que creció del 17 a 26 por ciento). Y casi se mantuvieron igual los que reclaman la eliminación definitiva (subieron de 34 a 35 puntos).
En este caso sí se ven más diferencias por afinidad política: entre los votantes macristas, un 49 por ciento pide mantenerlas. Aunque también es alto el porcentaje de los que apoyan la eliminación definitiva: 41 por ciento. Una grieta pero dentro de Juntos por el Cambio.
Entre los votantes K, el 23 por ciento está a favor de mantenerlas, contra un 49 por ciento que quiere suspenderlas entre año y 22 por ciento que propone eliminarlas definitivamente.