El 16 de agosto de 1953, el empresario José Ber Gelbard fundó la Confederación General Económica (CGE) con la idea de construir una burguesía nacional. Al amparo del entonces presidente Juan Perón –de quien, veinte años después, fue su ministro de Economía–, su intención era aglutinar a pequeños y medianos comerciantes, industriales y productores agropecuarios.
Hoy, 65 años después de su creación, la organización empresarial sigue vigente, aunque aggiornada y alineada con el gobierno de Cristina Kirchner. “Aún reflejamos la visión del empresariado peronista, con la idea clara de industrializar la materia prima”, señala a Noticias Urbanas Augusto Santucho, miembro de la asociación y cuyo apellido tiene un peso histórico que no pasa inadvertido: es sobrino nieto de Roberto Santucho, fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), asesinado en julio de 1976.
Gerente de Fametal Aceros, Santucho señala que la CGE tuvo un fuerte impulso durante la gestión de Guillermo Moreno en la Secretaría de Comercio y ahora defiende las políticas económicas de Axel Kicillof. En tiempos electorales, considera al ministro “el mejor cuadro político-económico” para integrar un potencial gobierno de Daniel Scioli o de Florencio Randazzo, aunque también sorprende con una frase que muestra la versatilidad que pueden tener los hombres de negocios: “Si Macri tomara un montón de medidas que beneficiaran al empresariado nacional, seríamos todos macristas”.
–En términos económicos, ¿funciona el llamado “proyecto nacional y popular”?
–Creemos que en estos doce años se tomaron decisiones que beneficiaron al empresariado nacional, como la defensa del mercado interno, la regulación del comercio exterior y el aumento de la capacidad de compra de los trabajadores. Hubo un montón de medidas que ayudaron a que los empresarios ganemos más plata, y la generación de riqueza es lo que más alinea a un empresario. Somos antiliberales y, en alguna medida, empresarios militantes.
–Se paran en una vereda opuesta a la Unión Industrial Argentina.
–Somos la contracara de la UIA y de la AEA. Pero hay un detalle: en la mesa de la UIA son veinte tipos que tienen recursos y tienen los medios económicos para debilitar al poder político.
–¿Eso los diferencia?
–Tienen otra lógica de negociación. En muchos momentos vos podés ganar más plata extorsionando que generando producción. Hay muchos empresarios argentinos que han ganado guita viviendo de la política. Y la política muchas veces resuelve temas y muchas veces queda presa de extorsiones.
–¿Un pedido de ajuste, algo que se escucha en este año electoral y de fin de mandato de Cristina, sería una extorsión?
–Es verdad, se escuchan opiniones sobre el ajuste. Para muchos la resolución de la inflación es bajar la emisión monetaria, y eso es un ajuste. ¿Conviene? No sabría decirte. A quien tiene capacidad exportadora le sirve, pero a los que vivimos del mercado interno nos liquida. Hay muchos que escupen para arriba y compran ese discurso liberal porque ignoran la realidad. O te dicen que cuando les va bien es mérito propio y cuando les va mal es culpa del Gobierno. Eso está en el ADN del empresario, que es un tipo muy egoísta.
–La UIA recibió esta semana a Scioli, ¿la CGE espera reunirse con los candidatos?
–Estamos esperando a que se definan las listas para hablar con los candidatos de todos los colores, para saber qué piensan y para que sepan lo que nosotros vemos. Creemos que ahí podemos influir. Somos una fuerza dispuesta a pelear por la actividad del empresariado y no vamos a entregar el mercado interno.
–¿Se reunirían con Macri?
–No sé si Macri aceptaría, aunque debería hacerlo. Quizás es más enriquecedor escuchar los planteos de Stolbizer que de Macri, quien se mueve con las encuestas. Él nos mentiría, porque en campaña todos te dicen lo que querés escuchar. Aunque a veces uno también subestima o sobreestima posturas. Está abierta la posibilidad de que sea presidente, y si Macri tomara un montón de medidas que beneficiaran al empresariado nacional, seríamos todos macristas.
–¿Cómo evalúan la gestión de Kicillof?
–Le hicimos un petitorio con medidas de muy bajo costo para el Estado pero de mucho beneficio que podría implementar, como un proyecto para reducir el costo operativo de los pequeños exportadores y que se pueda poner a cuenta la devolución de las retenciones de exportación. Algo más ambicioso es la creación de un banco de desarrollo industrial. Él nos escuchó atentamente, está haciendo una muy buena gestión.
–¿Debería estar en un futuro gobierno?
–Me encantaría. Es un dirigente muy interesante y es el mejor cuadro político-económico que conozco.
–¿Lo ve como vicepresidente de Scioli o de Randazzo?
–De cualquiera. Él es conveniente para todos. Es un tipo que maneja muy bien los temas económicos, pero también tiene la formación política necesaria como para jugar en cualquier área.
–¿Qué debería mejorar en lo económico el próximo gobierno?
–Hay que seguir trabajando en la regulación del comercio exterior. La crisis internacional va a durar unos cuantos años más y la única forma de sostener el sector industrial es vía regulación del comercio exterior. También se tiene que cambiar la lógica del sistema financiero, el sector que más guita ganó en estos años.
–¿Debería haber cambios en el dólar?
–En lo personal, creo que si hay una devaluación me beneficiaría, porque yo estoy muy vinculado al sector de bienes de capital. A corto plazo sirve, pero cuando hay devaluación se licuan los salarios y a la larga se cae la capacidad de compra de la gente. Una devaluación es una solución búmeran.
–¿Se calmó la crisis de la inflación?
–Yo soy medio fanático de Precios Cuidados y noto que los aumentos de precios medianamente están acompañando los salarios. La inflación anda por el 20 por ciento, no la veo muy alta.
–Hubo paritarias recientes que cerraron al 27 por ciento.
–Sí, creo que no se pueden dar aumentos que no se pueden pagar. No hay que generar ninguna burbuja. Nosotros entendemos que a los trabajadores no les alcanza y son víctimas de las grandes cadenas de supermercados, pero a nosotros nos pasa lo mismo: somos víctimas de las empresas formadoras de precios.
En primer plano
• Un restaurante. El Museo del Jamón.
• Una comida. Mariscos.
• Un lugar porteño. El Centro Cultural Torquato Tasso.
• Una figura histórica. José Ber Gelbard.
• Un perfume. Carolina Herrera.
• Una frase. “La única verdad es la realidad.”
• Una película. El Padrino, de Francis Ford Coppola.
• Un libro. Las venas abiertas de América latina, de Eduardo Galeano.