El rabino y legislador porteño por el PRO, Sergio Bergman, organizó ayer por la tarde una mesa debate junto al filósofo Santiago Kovadloff. Ambos ensayaron un agudo diagnóstico de la realidad social y política del país frente a más de 100 personas en el histórico Templo Libertad.
“En estos tiempos difíciles en los que vivimos debemos volver a inspirarnos en el diálogo. Tenemos que tener en cuenta que no hay ninguna posibilidad de diálogo si no somos libres y no somos libres si no es dentro de la ley. No hay más importante que el límite, la ley dentro de la democracia, para ser libres. Estos dos términos, lamentablemente, los estamos perdiendo: cada vez dialogamos menos y cada vez somos menos libres”, dijo Bergman al explicar las razones por las cuales se llamó ‘Diálogos en Libertad’ al ciclo de charlas que organiza la Fundación Argentina Ciudadana. .
Kovadloff, por su parte, se refirió en principio a la necesidad de “interrogarnos con lealtad” así como a la obligación de “asumir protagonismo personal, que es básicamente hacerse cargo de la palabra. Este ejercicio hacia la responsabilidad se llama política”. También hizo especial énfasis en la “esperanza” frente al malestar expresado por tantos, tras la multitudinaria marcha del 8 de noviembre último (8N).
“La historia de la humanidad es una tensión incesante entre la fatalidad y la historia. Por un lado, podemos limitarnos a pensar que las cosas están consumadas y que siguen un camino irrevocable; por el otro, podemos luchar para que la barbarie no nos derrote para siempre. La esperanza descansa en la idea de que es posible redimir a la humanidad. El hombre, así, es tarea contra su propia barbarie. A mí cuando me preguntan si soy optimista digo que no, que soy un hombre esperanzado”, manifestó.
Bergman siguió la posta tomada por Kovadloff y llamó a “corrernos de la frustración permanente”. “Hablar de ellos es más apasionante que hablar del fútbol. ¡Hablemos de nosotros! Sí, no hay candidatos, pero que no surjan candidatos es producto de que hemos cancelado la política como una práctica universal en la que todos estemos involucrados. La esperanza es una construcción, esa es la diferencia con la espera, con hacer la plancha. Entonces, ¿por qué en la Argentina no tenemos un Lula o un Mujica? Acá es imposible que eso suceda. Ellos son consecuencia de sus pueblos, son sus outputs, no sus inputs”, consideró.
El diputado de PRO también llamó a “no confundir democracia con demagogia, que es ‘yo gano y hago lo que quiero'”. Y explicó: “Eso no es una democracia plena y expandida. Legítimamente tiene que ganar como debe no como puede. Y ahí viene la República, también debemos recuperar la República, porque por más que tengamos 200 años aún somos un país adolescente”.
Por último, Kovadloff se refirió al “recurrente florecimiento de consignas, que ponen todo en términos de acertado y erróneo. Esto tranquiliza enormemente porque diferencia lo bueno de lo malo, la necesidad de que lo bueno le gane a lo malo. Por eso los demagogos explotan esto llamándose a sí mismos ‘progresistas’. El tema es que así estamos empobrecimiento la problematicidad de las cuestiones, así se rehúye al progreso”.