¿Es realmente la venganza un plato que se come frío?

¿Es realmente la venganza un plato que se come frío?

Florencio Randazzo tasca el freno y espera. Todos hablan bien de él, no por amor, sino porque esperan ser parte de su armado. Por ahora, recorre la provincia y espera su momento para sonreir.


Dicen que todavía no se le pasó el enojo. Que su desilusión fue tan grande que hasta archivó por un tiempo su habitual buen juicio, ése que lo llevó a ocupar altos cargos en varios Gobiernos. Tanto remontó su temperamento que hasta renunció a ser candidato para llegar a uno de los más importantes cargos a que puede aspirar un político de cierto vuelo, como él.

Inclusive, en su reaparición pública después de varios meses de silencio, Máximo Kirchner verbalizó su esperanza de reencontrarlo en una lista común. Florencio Randazzo -de él se trata- por el momento elige el perfil bajo. Habla poco con la prensa, sonríe poco para los fotógrafos, pero recorre la provincia de Buenos Aires y habla -en privado- con intendentes, concejales y dirigentes partidarios del peronismo y del Frente para la Victoria.

Uno de los cuatro agrupamientos que convocan a los intendentes bonaerenses -el Grupo Esmeralda- ya lo elevó a la categoría de candidato, desde la cual espera tomar revancha de su frustración. Su ilusión es enfrentar a los dos responsables de su bajada al llano. Dicen que Cristina Fernández de Kirchner sería la candidata al Senado y que Daniel Scioli encabezaría la lista de diputados y allí espera quitarse la espina que le quedó clavada en el alma cuando lo “bajaron” de las Primarias y lo dejaron sin nada. Le ofrecieron otra opción, en realidad, pero era la Gobernación bonaerense y no estaba interesado. Dijo que no, pero sólo para sentarse a esperar a que pase el cadáver de su enemigo, como lo señala aquel apotegma. El que dice que no a una importante candidatura es porque aspira a mucho más que lo que le ofrecen. Nadie dice que no para empeorar. La política no es para almas pequeñas.

Hoy, recuperado hasta cierto punto de aquel tropezón, intenta construir una candidatura desde el poder territorial que le ofrecen los intendentes del Grupo Esmeralda, que esperan que en la danza de los candidatos de los otros tres agrupamientos -Fénix, Patria y El Establo- no surjan postulantes que superen su perfil.

Por de pronto, los intendentes color esmeralda no escatiman halagos. Hace unos días, el intendente de Bolívar, Eduardo Bali Bucca, visitó Mar del Plata para firmar con el jefe comunal de La Feliz un acuerdo que permita la participación de atletas de esa ciudad en la 18a. Maratón Internacional Dino Hugo Tinelli, que organizan el intendente de Bolívar y el conductor televisivo en homenaje al padre de éste. Allí, después de firmar el convenio, Bucca se refirió elogiosamente a su figura. “Florencio tiene un gran cariño por esta ciudad y va a estar acercándose cada vez más a Mar del Plata”, comenzó, para ir más lejos: “Randazzo está realmente preocupado por distintos temas, tanto de la Nación como de la Provincia de Buenos Aires”, finalizó.

En la misma dirección fue el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, que señaló recientemente que el chivilcoyense trabajará en la “renovación y reconstrucción del peronismo. Randazzo hoy está con voluntad de ser parte de una discusión, de arremangarse con nosotros, de pensar juntos este proceso de renovación y reconstrucción del peronismo”, se explayó luego.

En este sentido, dicen que la venganza es un plato que se come frío y que a esta altura de la “soirée”, a Randazzo sólo le sirve pelear primero adentro, sin evitar las internas. Es decir, evitando los acuerdos de cúpulas, que promocionan a los candidatos del sistema que muchas veces la gente casi ni conoce. Él quiere combate, sangre y pelea para llegar a ser candidato a senador.

Aunque por ahora, la única sangre es la que tiene en el ojo desde “aquel” día.

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