Calor, hacinamiento y falta de agua potable son tres problemáticas que pueden arrojar un resultado fatal cuando se combinan. Por eso este año, el Gobierno de la Ciudad decidió invertir 21 millones de pesos para garantizar el suministro del insumo vital en los asentamientos porteños. El agua llegará en camiones cisterna que se cargarán en bocas de expendio debidamente habilitadas por la empresa AySA. Más allá de la efectividad de este paliativo, un dato llama la atención: la empresa encargada de la distribución no cuenta justamente con los transportes adecuados para tal fin.
Es que la licitación fue ganada por la firma Ashira, que ya se encarga de la recolección de residuos en los barrios de Liniers, Villa Luro y Mataderos. Ashira será ahora la encargada de transportar agua en camiones cisterna a las villas y asentamientos porteños que cuentan con este servicio como única opción para higienizarse, cocinar y mantener la limpieza del hogar y de los alimentos. Desde sectores opositores al Pro indicaron a este medio sus sospechas de que la firma no posee camiones de las características técnicas que exige el reparto de agua.
Las sospechas pueden constatarse con facilidad en la misma página web de Ashira (www.ashira.com.ar), en donde se habla de que la empresa provee los servicios de recolección, limpieza, barrido, manutención de espacios verdes y servicio de lavado, entre otros, y muestra su flota pero no hacen mención a transporte de agua potable ni tampoco a la existencia de camiones cisterna.
Entonces, ¿de qué manera la empresa presta el servicio? Según pudo saber Noticias Urbanas, Ashira mantiene una sociedad con la firma Covelia, a quien le alquilan parte de su parque automotor. Covelia siempre estuvo ligada a Hugo Moyano, el hombre imbatible de la CGT. Por eso, desde algunos sectores opositores comienzan a vislumbrar un entramado de negocios entre Macri y Moyano que va más allá de la postal en la que intercambiaron flores, impensada hasta hace un tiempo atrás.
Mediante una UTE (Unión Transitoria de Empresas) con la empresa Martín y Martín, Ashira (cuyas siglas significan Aseo e Higiene República Argentina) trabaja en algunos barrios periféricos de la CABA además de prestar servicios en otros puntos del país, como por ejemplo en Chubut, Córdoba y Gran Buenos Aires. En la Ciudad, comparten domicilio en una oficina del barrio de Flores, sobre avenida Directorio. Según afirman, todo el paquete accionario está en manos de Eduardo Manuel García, fundador de la compañía. De acuerdo al pliego, pueden subcontratar hasta el 60 por ciento de los servicios. Y dentro de ese contrato estaría Covelia.
En la Ciudad de Buenos Aires, más de 250 mil personas no acceden a agua potable, según un relevamiento de la ONG Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Noticias Urbanas consultó a referentes de dos barriadas emblemáticas: la Villa 31 de Retiro y la villa Rodrigo Bueno, paradójicamente ubicada en Puerto Madero. En ambos casos, los referentes confirmaron la necesidad del camión cisterna para proveerse de agua segura y señalaron además que el camión “se pega sus faltazos o los que lo manejan se quedan durmiendo en la cabina en lugar de repartir”. En la 31 hay un caño maestro con agua potable pero las conexiones que llegan hasta los hogares son hechas a mano y, en ese trayecto, la contaminación es inevitable. Se estima que el 80 por ciento de todas las enfermedades y el 33 por ciento de las muertes están relacionadas con la inadecuada calidad del agua.
Ya en 2011, la diputada Graciela Ocaña, enemiga declarada del hombre del camión, había denunciado que existía un pacto secreto entre Macri y Moyano para que el líder de los camioneros ingresara en el negocio de la recolección de la basura en la Ciudad justamente con las subcontrataciones que puede realizar la UTE de Ashira-Martín y Martín a la empresa Covelia.
Ashira era considerada una empresa familiar que trabajaba en Puerto Madryn y en San Francisco, en la frontera entre las provincias de Córdoba y Santa Fe, con montos muy por debajo de los que oferta hoy en las licitaciones a las que se presenta.
Moyano, fiel a su estilo, no anduvo con vueltas y cuando a mediados del año último le preguntaron sobre su vinculación con la empresa, respondió cortito y al pie: “No tengo un carajo que ver con Covelia”. Al menos, en los papeles, el vínculo entre ambos no es comprobable, pero hay que decirlo: la empresa se caracteriza por estar floja de papeles. Por caso, uno de sus vicepresidentes era un indigente que vivía en una calle de tierra a 15 cuadras del puente La Noria, de nombre Marcelo Arenales. Y el escribano que certificó esa titularidad, falsa a todas luces, Rubén Oscar Erviti, quedó sin matrícula por “faltas graves” luego de que el Colegio de Escribanos tomara la tajante decisión.
Ricardo Depresbíteris es la única cara visible del directorio de Covelia, junto a su esposa y otros socios minoritarios con los que además poseen dos empresas dedicadas a los bienes raíces.
Puerta abierta
“La licitación de la zona 7 (ubicada entre la avenida General Paz, Escalada, Directorio y Juan B. Justo, que comprende los barrios de Liniers, Mataderos y una parte de Villa Luro) es la puerta que le abrieron a Moyano para que se meta de lleno en el negocio de la basura”, aseguraba ante los medios la diputada Graciela Ocaña hace poco más de un año, cuando se rediseñaron los pliegos permitiendo a las empresas ganadoras valerse de la subcontratación para cumplimentar con los servicios que ofrecen. Ocaña aseguraba que había un claro vacío legal, y ahora, con la noticia de la licitación del agua, desde ese sector recuerdan que dieron aviso sobre “el negociado que se venía gestando”.
“Es tragicómico, contratan a una empresa para que reparta agua y eso está muy bien, pero la empresa no tiene justamente los camiones para transportar agua”, refieren a este medio en notable tono de ironía.
“Ocaña no lo quiere a Moyano, entonces siempre está encontrando algo para acusarlo. Ahora dice que acordó con Macri por estas empresas, pero estas empresas tienen directorios y dueños, y Moyano no figura en ninguna parte, no tiene nada que ver con las negociaciones, ni con las licitaciones, ni con nada”, advierten, y subrayan que “ahora que se lanzó el partido político, que es de Moyano, no de Macri ni del Pro, estos argumentos caerán por si solos”, en referencia al lanzamiento político del líder gremial.
“Nadie debería asombrarse tanto por lo de las UTE; está pensado para que las empresas se presenten y mejoren la oferta sin que tengan pérdidas. El que gana alquila parte de los equipos y transportes a los que no entraron y listo”, admite de manera contundente aunque reservada una fuente del oficialismo porteño.
Lo cierto es que la escasez del agua y su contaminación no son ajenas a la Ciudad. Actualmente hay entre 12.500/14.000 millones de metros cúbicos de agua disponibles para uso humano (9.000 metros cúbicos por persona por año) y se proyecta que para 2025 la disponibilidad de agua dulce per cápita descenderá 5.100 metros cúbicos, al sumarse otros 2.000 millones de habitantes al mundo. Y, más allá de los negocios, los perjudicados, lo sabemos, son los mismos de siempre.