La tormenta del jueves pasado puede no ser solamente un mal recuerdo. Además de ropa mojada y de algún retraso en los horarios, los porteños parece tener que empezar a acostumbrarse a vivir situaciones de estrés, producto de que las tormentas provocan que el tránsito se haga imposible, los celulares no funcionaban, los servicios de emergencia y las compañías eléctricas trabajan hasta no dar abasto.
El primero en alertar sobre esta situación fue el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien, cuando aún se seguían oyendo las quejas y el malhumor de los vecinos de Belgrano que se habían inundados, anticipó que para enero y febrero próximo se esperan y están previstas para los equipos de asistencia que ocurran en Buenos Aires “ocho tormentas”.
Desde el Servicio Meteorológico Nacional, su titular Héctor Ciapessoni, confirmó a Noticias Urbanas que, en base a datos elaborados por técnicos de una decena de instituciones científicas, militares, académicas y profesionales, para este verano tienen previsto que ocurran al menos seis fenómenos conjugados de precipitaciones y descargas eléctricas. En su último estudio climatológico, que abarca un período de tres meses, que incluye el verano, el organismo difundió que se esperan igual o un poco menos de lo que habitualmente ocurre entre enero y febrero.
De acuerdo con el funcionario, y por datos recogidos por los organismos oficiales nacionales y del interior del país, con registros que llegan hasta a superar los 100 años, “siempre en el verano ocurren seis tormentas por mes”. Según Ciapessoni,”no se prevén situaciones muy diferentes, porque no hay efecto Niño o efecto Niña que estén afectando a la región de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires”.
En ese sentido, en el informe publicado en el sitio oficial del Servicio Meteorológico, se indica:
“Para este trimestre se espera que la precipitación sea normal o superior a lo normal en gran parte del centro del país incluyendo el este de Cuyo, extremo norte de la Patagonia, La Pampa, Buenos Aires, gran parte de Córdoba, y sur del Litoral. Por otro lado precipitaciones normales o inferiores a la normales se prevén para el sur de Argentina (Santa Cruz y Tierra del Fuego) y extremo noreste del país. En el resto del país se esperan condiciones próximas a la normalidad dentro del trimestre, si bien en el este de Salta, Jujuy y Tucumán no se descartan algunos excesos aislados”.
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Independientemente de que no exista una previsión de diluvios constantes, en las últimas tormentas ser vienen registro situaciones inéditas. Tornados, trombas en el Río de la Plata, vientos fortísimos, grandes precipitaciones concentradas en pocos minutos. Estos hechos, que antes eran absolutamente extraordinarios, ahora se hacen habituales.
De hecho, Macri, en medio de los cuestionamientos y de los ataques de la oposición política que lo responsabilizaba por las inundaciones, aclaró que la denominada “agenda verde” que impulsa su gestión tiene como trasfondo “el cambio climático”, un fenómeno que algunos meteorólogos defienden y que otros aún desconfían.
Finalmente, como ocurre ante cada evento, no tardaron en mezclarse las cuestiones políticas en la crisis por la lluvia. Desde sectores ligados al kirchnerismo censuraron que el jefe de gobierno hubiera hablado de “ocho tormentas” cuando aún los vecinos de Belgrano “estaban secando la ropa mojada”.