Esta semana el gobierno de Javier Milei debería publicar en el Boletín Oficial el decreto de necesidad y urgencia que prolongue la intervención sobre la central de inteligencia, y le dé un nuevo formato a la actual AFI, que continúa intervenida desde la gestión de Alberto Fernández. Además, pasará denominarse una vez más, como años atrás, SIDE.
El gobierno libertario pretende devolver la central de inteligencia a la órbita de presidencia tal como marca la historia, luego de un fallido paso por la Jefatura de Gabinete que dependía de Nicolás Posse.
Sin embargo, generan dudas los mecanismos de control que puedan surgir de ese decreto del que todavía no se conoce la letra chica.
Y es que, según trasciende, la nueva SIDE tendrá una oficina interna de contralor cuyo titular será decidido ni más ni menos que por el propio Presidente, si bien todavía no está decidido su nombre.
En los pasillos de la Casa Rosada señalan que la competencia de la oficina de control interna no deberá superponerse en competencias con el rol de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia, que es en efecto el ámbito natural de control. Con todo, el Presidente designará a la persona encargada de controlar la estructura que él mismo diseñe.
Desde el Ejecutivo se atajan señalando que el nuevo formato de la central no puede ser un debate que demore seis meses en el Congreso (tal como sucedió con la ley Bases) y que la actual estructura de la AFI podría dejar desprotegido al Presidente.
Es por ello que entienden que estará justificada la “necesidad” y la “urgencia” para emitir el decreto que deberá ser debatido en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo.
Al mismo tiempo, creen que no será judicializable dado que no se está afectando a ninguna persona en particular.
Qué dice el nuevo DNU
En concreto, el DNU que está al salir no solo tendrá el nuevo formato de la central, sino que además contendrá modificaciones a la Ley de Inteligencia y se espera que no haya modificaciones al artículo 4 de esta, que contempla la prohibición para el espionaje interno.
Un dato no menor es que la Comisión de Fiscalización de Inteligencia no está aún conformada. Lejos de eso, solo tiene designados cuatro senadores en representación de la oposición dialoguista. Martín Goerling (Pro), Mariana Juri (UCR), Edgardo Kueider (peronismo federal) y Edith Terenzi (federal).
Faltan cuatro integrantes en representación del Senado, y tampoco está designado ninguno de los ocho diputados que corresponde para su total conformación.
Cómo será el nuevo formato
La nueva central de inteligencia (que podría mudarse de su histórica sede en la calle 25 de Mayo) tendrá tres agencias dentro de la estructura. Una destinada a la inteligencia interior, otra a la exterior y una tercera para ciberseguridad. El único nombre confirmado es el de Alejandro Colombo, que estará a cargo de la agencia de exterior.
Colombo es un hombre de larga trayectoria que goza de buena reputación entre los distintos actores de inteligencia que conviven en la actual AFI. Actualmente está fuera de la central, por lo que su reincorporación blanquea vínculos de la actual administración con la “vieja guardia”. ¿Esos vínculos incluyen a Stiuso?
Al mismo tiempo se preservarán las competencias en materia de inteligencia tanto de la cartera de Seguridad como de Defensa, es decir que la Dinic continuará bajo la órbita de Bullrich mientras que la Dniem hará lo propio con Petri.