El diputado porteño Agustín Forchieri (Pro) es el presidente de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura y una de las principales espadas del vicejefe de Gobierno, Diego Santilli. A su cargo estuvieron los consensos para los proyectos más importantes que presentó el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, como la renovación del Autódromo, la construcción de la Villa Olímpica o el Paseo del Bajo. El nuevo Código Urbanístico, aún en ciernes, será uno de sus desafíos para este año. En esta entrevista revela el estado de las iniciativas y remarca, una y otra vez, que el principal objetivo del Pro en Buenos Aires es lograr la integración de la Ciudad.
–¿Cómo vienen las obras de la Villa Olímpica?
–Las obras vienen en tiempo y forma. Son un claro ejemplo de lo que se quiere como Ciudad, la Ciudad deseada. No solo genera fuentes de trabajo y permitirá que recibamos a jóvenes atletas de todo el mundo, sino que, una vez terminados los Juegos Olímpicos de la Juventud, habremos construido un nuevo barrio en la Ciudad, una mixtura de usos que incluye vivienda, equipamiento social, educativo, comercial, deportivo. Va a servir para seguir transformando el sur de la Ciudad. Este proyecto tiene el mismo corte que otros, como el del Autódromo o el de la urbanización del Barrio 20. Las comunas del sur supieron ser barrios de zonas industriales, pero en la era posindustrial, con el cierre de las fábricas, sus vecinos se vieron obligados a buscar trabajo por fuera de sus barrios. Estas iniciativas devuelven a las comunas del sur lo que se merecen. Lo que van a hacer estos proyectos es que las personas que viven en el sur puedan trabajar cerca de donde viven. Esto no es solamente beneficioso para ellos mismos, sino para todos, porque si una gran masa de gente no tiene que movilizarse hacia otras zonas a diario, se va a reducir el flujo del tránsito y, por ende, mejorar el medio ambiente.
–¿Van a llegar a tiempo?
–Por supuesto. Como lo anunció el jefe de Gobierno, para 2018 llegarán al último piso. Esto va a estar apto para cuando sea el momento.
–Hay dirigentes de la oposición que dicen que las obras de urbanización de villas son “puro maquillaje”. ¿Está de acuerdo?
–No comparto para nada. El proceso de reurbanización de los barrios postergados tiene como meta construir la Ciudad que queremos tener. Estamos trabajando por una Ciudad para todos. Es un modelo de Ciudad inclusivo. Todos debemos tener los mismos derechos. Las villas deben ser barrios. Y sus vecinos también deben pagar impuestos, porque así como tenemos derechos, tenemos obligaciones. Además, la urbanización trae aparejado el orden de los comercios. Queremos que estos puedan ser barrios de la Ciudad, sin barreras, no solo de las ferroviarias sino de las urbanas, para que sus habitantes puedan convivir con todos los vecinos de la Ciudad.
–¿Están modificando las estructuras de las viviendas en las villas?
–Lo que se hace en cada lugar depende de cada barrio en particular. En el Barrio 20 hay viviendas nuevas. En el Barrio 31 se están reacondicionando las existentes y luego se harán nuevas. Pero cada proceso es diferente y participativo. Los vecinos participan y opinan sobre la urbanización.
–Como presidente de la Comisión de Planeamiento Urbano, usted tiene la misión de articular diferentes opiniones, ¿es difícil lograr consensos en la Legislatura?
–El año pasado se aprobó una gran cantidad de proyectos muy beneficiosos para la Ciudad: la Villa Olímpica, la reurbanización de los barrios más humildes, como Rodrigo Bueno, Fraga, los barrios 20 y 31; la construcción del Paseo del Bajo y la renovación del Autódromo. Son proyectos que van a reflejar lo que estamos haciendo, una Ciudad para todos. Y eso se logra con el trabajo en equipo, construyendo consensos a través del diálogo, respetando las diferentes posiciones y priorizando el beneficio para los vecinos.
–¿Cómo está el Paseo del Bajo?
–El Paseo del Bajo es una de las obras más importantes que tenemos en materia de transporte. Obviamente, cuando viajemos mejor, vamos a vivir mejor. Pero además mejora drásticamente el paisaje urbano, aportando nuevos espacios verdes y poniendo en valor los existentes, como también sucede con los proyectos del Autódromo y el de la Villa Olímpica.
–¿Qué pasó con la Torre Trump?
–No hay proyectos en la Legislatura que hayan ingresado sobre este tema. Tenía entendido que ese predio era de un privado y que la obra requería de la aprobación del Ejecutivo.
–¿Se van a generar más ciclovías?
–No tengo dudas de que es el mejor modelo para mejorar el transporte público. La bicicleta es uno de los transportes más sustentables.
–¿Qué piensa del nuevo Código Urbanístico?
–Nosotros planeamos una Ciudad cohesionada, integrada, donde pueda haber mejor transporte público, más espacios verdes y lograr la mixtura de usos que nos permita trabajar, vivir y disfrutar en un mismo barrio. La Ciudad tiene millones de personas que viven y millones que entran a trabajar. El nuevo Código pretende lograr una mayor homogeneidad, armonizando el desarrollo con la identidad y el patrimonio. Aporta orden, equilibrio y transparencia, permitiendo la construcción en los barrios donde más se necesita. Hay que tener en cuenta que el 50 por ciento es espacio público y el 50 por ciento es privado. Y cuando hablo de construir de manera cohesionada, hablo de construir sobre lo construido.
–¿A qué se refiere?
–Hay que adecuar el código hacia las personas y no hacia los automóviles. El Código actual data de 1977, y el de edificación es de 1943. Esto hay que modificarlo con un proceso participativo, incluyendo a la sociedad y a entidades como la UBA y a las comunas. Lo hacemos de manera participativa, para que todos puedan venir a la Legislatura y que cada vecino sepa qué es lo que se puede hacer en cada parcela.
